Title: Representaci
1Representación humana en el arte
- NM2 (2 medio)
- Artes Visuales
- La representación humana en las obras de arte
2Primeras representaciones humanas
- Entre las primeras representaciones del hombre se
cuentan las figuras lineales de las pinturas de
las cuevas prehistóricas, diagramas esquemáticos
del físico humano, como las que todavía
encontramos en el arte bosquimano de África del
Sur y, en todas partes, en los dibujos de los
niños.
Banda de cazadores. Pintura sobre roca,
KwaZulu-Natal, Sudáfrica.
Mujeres que danzan, pintura de la roca de
KwaZulu-Natal, Sudáfrica. El dibujo muestra a
mujeres portando algunas prendas tradicionales de
las tribus africanas de esta zona delantales de
cuero y pulseras de cáscara de avestruz en la
rodilla.
3Representaciones egipcias
La pintura egipcia, como se muestra en estos tres
relieves, pese a la sensación de movimiento de
sus figuras, busca establecer un máximo control
sobre la representación del cuerpo humano,
estableciendo un cánon rígido que prohibía
incorporar cambios en el diseño físico de las
imágenes.
- Los egipcios introdujeron en sus
representaciones, esencialmente lineales, una
sensación de movimiento al presentar el cuerpo a
la vez de frente y de perfil.
Tanto la pintura como la escultura y la
momificación funeraria egipcia, tenían el sentido
de preservar la imagen del difunto y sus
posesiones para que su alma pudiera pervivir para
siempre.
Imagen de la reina Nefertari (a la izquierda)
junto a la diosa Hathor. Pintura mural de la
tumba de Nefertari en el Valle de las Reinas.
Obsérvese las dos manos izquierdas de la reina.
4Escultura griega preclásica
La escultura griega arcaica mostró una rigidez y
una estilización similares a la egipcia, pero la
figura griega clásica evolucionó a partir de los
originariamente rígidos e impersonales kouroi.
Muchacha (Kore) preclásica (M. de Atenas).
Conserva restos de la policromía y van siempre
vestidas, señalando el avance en el dominio de la
anatomía.
- Atletas (Kuros) preclásico (M. de Atenas). Evoca
modelos egipcios. Rigidez en la anatomía,
avanzando una pierna y con los puños pegados a
los muslos.
5Escultura griega clásica, anatomía en acción
- A mediados de siglo V a.C., en tiempos de
Pericles, se concreta el clasicismo griego,
gracias a la obra de tres grandes escultores
Mirón, Policleto y Fidias.
Mirón es particularmente recordado por su
Discóbolo, en el que triunfa el estudio de la
anatomía en acción y en el que, conforme a los
principios de la inmutabilidad clásica, el
esfuerzo físico no afecta a al serenidad
expresiva del rostro.
Título Discóbolo, 450 a.C. Autor Mirón Museo de
las Termas de Roma
6Escultura griega clásica, concepto de belleza
Luego, con Policleto y el dominio de la fundición
en bronce, encontramos por primera vez el
concepto de la belleza basada en el idealismo de
las proporciones del cuerpo humano.
Policleto es recordado por dos famosas
esculturas, el Doríforo, portador de una lanza, y
el Diadúmenos, poniéndose la diadema del triunfo.
Ambas esculturas, como la mayor parte de las
obras griegas, las conocemos a través de copias
romanas.
Título Doriforo, 440 30 a.C. Autor
Policleto Museo Arqueológico de
Nápoles Características mármol, 212 cm. altura
Título Diadúmeno, 430 20 a.C. Autor
Policleto Museo Nacional de Atenas Características
mármol
7Representación humana en Roma
En el primer milenio del cristianismo, la
reacción ante la celebración pagana de la forma
física significó que el cuerpo volvía a
convertirse en una cifra, en una frágil cáscara
mortal cuyo elemento esencial, el alma, pronto
escaparía hacia la auténtica realidad de la vida
después de la muerte.
Detalle de un mosaico romano mostrando escenas de
baile.
- Cuando, tras un prolongado periodo de
distanciamiento y zozobra, los artistas europeos
empezaron a centrar de nuevo su atención en el
cuerpo, no impulsaron al principio un resurgir
del ideal griego, sino que, con un criterio mucho
menos lisonjero, reprodujeron unas figuras
humanas normales, incluso con sus defectos.
Estatua de Augusto
8El retrato romano
- Capítulo esencial de la escultura romana es el
referente al arte del retrato, pues partiendo de
las caracterizaciones individualizadas del
periodo de la República, se alcanza el idealismo
de los retratos imperiales de los siglos I y II
d.C., en sus tres versiones de imagen togata, es
decir, como patricio thoracata, con la
indumentaria militar, o apoteósica, desnudo como
una divinidad.
Busto, de Mérida, (M. De Mérida). S. I d.C.
Retrato de un realismo que tiende a la
caracterización.
Cabeza colosal de Constantino, h. 315 d.
C. Autor anónimo En la actualidad, esta
gigantesca cabeza del emperador romano, tallada
en un trozo de mármol de 216 cm. de altura, se
encuentra en el Palacio de los Conservadores de
Roma.
9Del Medioevo al Renacimiento
- La transición del arte medieval al del
Renacimiento queda reflejada en la evolución de
Durero. Uno de sus dibujos primerizos, fechado en
1493 y que representa una robusta muchacha
campesina, es perfectamente creíble.
Joven dama, 1505. Para esta época, el estilo de
Durero muestra las influencias del color y la
calidez que ha recibido en Venecia de pintores
como Bellini. En este retrato resaltan la
sensualidad, el idealismo y un nuevo manejo de la
luz, que el artista ha aprendido.
Desnudo femenino, h. 1493. Autor Alberto
Durero El realismo y la naturalidad son las notas
más destacables en este dibujo, que no resiste
comparación con los dibujos posteriores del
artista, tras su viaje a Italia y su contacto con
el ideal del cuerpo clásico.
Trece años después, en Italia, otros estudios
uno en cada cara del papel ilustran una
concepción distinta de la mujer. En uno de ellos,
se ha trazado una armadura geométrica dentro de
la figura. La segunda imagen, más trabajada y
basada en estas proporciones calculadas, se
convierte en un compromiso encantador entre lo
real y lo ideal.
10Durero y el ritual de la unión mística
- Durero también da cuenta del ritual y la
ceremonia que ha presidido la unión mística de
macho y hembra de la que arranca toda vida y que
en el arte cristiano es representado por la
historia de Adán y Eva. Precisamente ese es el
nombre de una de sus obras más famosas que data
de 1507. Adán y Eva, como la unión de la pareja
terrenal, obtiene con Durero una factura
clásicamente perfecta en la belleza de los
cuerpos y serena a pesar de la presencia de la
serpiente.
Las elegantes y esbeltas figuras de Durero se
remontan a una interpretación clásica del cuerpo
humano como un módulo de proporción, que podría
relacionarse geométricamente con las formas
básicas del cuadrado y del círculo.
11Jan Van Eyck, Los esposos Arnolfini
- Antes que Durero, en la pintura flamenca de Jan
Van Eyck, Adán y Eva como modelo de la unión de
cualquier pareja, quedan traducidos a términos
burgueses en el célebre cuadro Los esposos
Arnolfini (1434). Aunque decorosamente vestida,
la pareja está rodeada por los atributos de un
paraíso terrenal, inventariado en un decorado
doméstico amorosamente detallado, lucidamente
definido por la incidencia de la luz, los
testigos que se reflejan en el espejo y por las
simetrías exquisitas de la estructura de la obra.
12El David de Miguel Ángel
- Con el David (1501-1504) de Miguel Ángel
Buonarroti, el arte occidental encuentra el
paradigma del tema de la figura humana. Fruto del
redescubrimiento renacentista de la creencia
griega que asociaba la perfección del espíritu
con la perfección física, esta colosal escultura
de casi 4 metros de altura, fue diseñada para la
plaza de la Signoria de Florencia.
El David representa al joven pastor judío que se
apresta a salvar a su pueblo dando muerte al
gigante Goliat, usando para ello una piedra y una
honda. La postura es relajada, con el torso
bellamente esculpido, la honda reposando sobre el
hombro, mientras sobre el muslo descansa la mano
derecha que sostiene la piedra, tallada, al igual
que la cabeza, agresivamente a mayor escala que
el resto del cuerpo. El desnudo heroico, su
tensión y su mirada llena de provocación reflejan
el sentimiento del artista hacia la gloria física
del cuerpo y el valor masculino.
13Rafael Sanzio, figura humana y desnudo
- En la cultura humanista de Occidente, el desnudo
asume un significado esencial en el arte. Una de
las obras representativas de esta variación de la
representación de la figura humana la encontramos
en Las tres Gracias (1504-1505), de Rafael
Sanzio.
Estudio sobre el cuerpo femenino desde tres
ángulos diferentes, Las tres Gracias fue pintado
en tiempos en que todavía no estaba permitido
pintar mujeres desnudas al natural. Sin embargo,
muestra una confiada asimilación de modelos
clásicos en un imagen idealizada, pero sensual y
de gran perfección física.
14Tintoretto, desnudos voluptuosos
- La delicadeza de la obra de Rafael, dista mucho
de la voluptuosa y madura radiación que
Tintoretto infundiría, más adelante en el mismo
siglo XVI, en Susana y los viejos (1550), un
tema abiertamente erótico en el que nosotros, los
espectadores, nos hallamos implicados al espiar
junto con los ancianos la desnudez de Susana. Por
la exuberancia de sus carnes, el desnudo de
Tintoretto no se ajusta a la proporción clásica,
pero, con todo, está idealizado.
15Rembrandt, la vulnerable condición humana
- La tendencia voluptuosa de Tintoretto, parece
disminuir si avanzamos hacia el Norte, ya que la
fascinación por la realidad de la carne con todas
sus imperfecciones va en aumento desde Umbría
(Rafael) a Venecia (Tintoretto) para llegar a
Holanda y alcanzar al gran maestro de lo no
ideal, Rembrandt.
Betsabé, de Rembrandt, sugiere como tal vez
ningún otro desnudo de la historia del arte, lo
vulnerable de la condición humana a partir de la
contemplación de un cuerpo, no necesariamente
femenino. Es una imagen ciertamente erótica, pero
que repudia al espectador voyeur y reclama amor
más que lascivia. Este desnudo está muy lejos de
ser un objeto sexual.
16Rubens, el desnudo como objeto
- Los pintores decorativos del Barroco del s. XVII,
sobre todo Rubens, están expuestos a la acusación
de presentar principalmente mujeres como objetos
de deseo masculino, pero la exuberancia física de
las doradas amazonas de Rubens parece más bien un
resultado natural de la inagotable energía de su
estilo.
Título El juicio de Paris, 1635 - 38. Autor
Peter Pauls Rubens Museo Galería Nacional de
Londres Características óleo en madera
17Courbet, desnudo como alegoría de lo moderno
En gran parte del arte académico del XIX las
referencias clásicas se convierten en poco más
que un halo de respetabilidad que se superpone al
erotismo de las ninfas. Gustav Courbet,
archienemigo del clasicismo académico, utilizó el
desnudo más directamente como foco de su alegoría
de la vida moderna en El estudio del artista, un
foco radiante en el centro de la tela.
18Revolución contra el arte figurativo
- Sólo con la revolución contra el arte figurativo,
pareció que el desnudo perdía su categoría como
centro del mundo. Desintegrado primero por
Picasso, que experimenta plenamente con la luz,
la forma y la línea en Desnudo Femenino en un
sillón, logrando reconciliar la representación no
literal con una voluptuosa insinuación de la
opulencia corporal, el desnudo se convirtió en
manos de Umberto Boccioni en una colección de
planos que se movían a través del espacio y llegó
a la abstracción en un estudio de cilindros puros
por obra de Constantin Brancusi.
Mujeres arreglándose, 1956 Pablo Picasso Óleo
sobre lienzo Musée Picasso, París
19Representación abstracta de la figura humana
- En El bebedor, consigue la sensación de volumen
mediante el color, y emplea el amarillo que se va
modificando dándonos unas tonalidades marrones.
Cuando miramos el rostro del Bebedor percibimos
un sentimiento de melancolía que se expresa en su
postura inclinada y en sus ojos cerrados.
Brancusi accede hacia una escultura de mayor
estilización formal y volumétrica con El beso,
acercándose a las formas puras e impersonales
gracias a la eliminación de lo accesorio.
Título El bebedor Autor Umberto
Boccioni Pinacoteca de Brera Características
óleo sobre lienzo
Título El beso, 1908 Autor Constantin Brancusi
20Diosas negras en la pintura de Willem de Kooning
- A partir del informe tumulto de la pintura de
acción (action painting), en la década de 1950
surgieron, abriéndose paso a la fuerza para hacer
acto de feroz presencia, aquellas hembras
elementales, vitales como figuras neolíticas de
la fertilidad, pintadas por Willem de Kooning.
De esta obra dijo su autor "(Woman I) hizo algo
por mí eliminó la composición, el orden, las
relaciones, la luz, toda esa charla absurda sobre
la línea, el color y la forma...".
Título Woman I, 1950 52 Autor Willem de
Kooning Museo de Arte Moderno de Nueva
York Características óleo sobre lienzo
21Fuentes utilizadas para esta presentación
- www.artehistoria.com
- José María de Azcárate Ristori et al. Historia
del Arte, Grupo Anaya S.A., 1990. - Nueva enciclopedia temática Planeta, Volumen
Arte y filosofía, Editorial Planeta, 1992.