26. LA LIBERTAD, LA LEY Y LA CONCIENCIA - PowerPoint PPT Presentation

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26. LA LIBERTAD, LA LEY Y LA CONCIENCIA

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Title: 26. LA LIBERTAD, LA LEY Y LA CONCIENCIA


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26. LA LIBERTAD, LA LEY Y LA CONCIENCIA
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1. El fin último y el sentido de la libertad
  • El mundo ha sido creado para la gloria de Dios.
  • El hombre creado a imagen y semejanza de Dios y
    elevado a la dignidad de hijo de Dios refleja
    más que ninguna otra criatura la gloria del
    Creador .

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  • Las demás criaturas de este mundo manifiestan
    necesariamente la gloria de Dios.
  • La persona humana ha sido creada para dar gloria
    a Dios libremente.
  • La libertad es el poder, radicado en la razón y
    en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer
    esto o aquello, de ejecutar por sí mismo acciones
    deliberadas.

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  • Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí
    mismo.
  • La libertad es en el hombre una fuerza de
    crecimiento y de maduración en la verdad y la
    bondad.
  • La libertad alcanza su perfección cuando está
    ordenada a Dios, nuestra bienaventuranza.
  • La libertad es "signo eminente de la imagen
    divina" en el hombre.

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  • Mediante el ejercicio recto de la libertad, en la
    búsqueda de la verdad y en el amor al bien, la
    persona humana encuentra su perfección , aumenta
    la semejanza con la Imagen del Hijo a la que Dios
    nos ha destinado al crearnos y elevarnos en
    Cristo.
  • Esta perfección, alcanzará su plenitud en el
    Cielo, con la visión de Dios "cara a cara.

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  • Hasta que no llega a encontrarse definitivamente
    con su bien último que es Dios, la libertad
    implica la posibilidad de elegir entre el bien y
    el mal, y por tanto, de crecer en perfección o de
    flaquear y pecar.

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2. La ley moral natural
  • Se llama ley eterna al plan de la Sabiduría
    divina para conducir toda la creación a su fin.
  • Dios conduce cada criatura a su fin de acuerdo
    con su naturaleza.

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  • Concretamente, Dios provee a los hombres de
    manera diversa respecto a los demás seres que no
    son personas no desde fuera, mediante las
    leyes inmutables de la naturaleza física, sino
    desde dentro, mediante la razón que, conociendo
    con su luz natural la ley eterna de Dios, es
    capaz de indicar al hombre la justa dirección de
    su actuación.

D i o s
Ley eterna
Ley natural
Hombre
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  • La ley moral natural es la participación de la
    ley eterna en la criatura racional.
  • Es la misma ley eterna ínsita en los seres
    dotados de razón, que los inclina al acto y al
    fin que les conviene.
  • Es, por tanto, la misma luz de la razón que
    permite al hombre discernir el bien y el mal y
    que nos manda hacer el bien y evitar el mal, para
    tender hacia Dios, nuestro último fin.

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  • Propiedades
  • La ley moral natural está inscrita por Dios en la
    misma naturaleza racional del hombre.
  • No se añade al hombre, como no se añade a la
    piedra la ley de la gravedad.
  • Esta ley
  • es universal, porque se extiende a toda persona
    humana, de todas las épocas

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  • es inmutable, porque la naturaleza humana es
    inmutable
  • lo que es esencial no cambia con la historia y la
    cultura.
  • es obligatoria ya que, para tender hacia Dios, el
    hombre debe hacer libremente el bien y evitar el
    mal y para esto debe poder distinguir el bien
    del mal, lo cual sucede efectivamente gracias a
    la luz de la razón natural.

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  • La observancia de la ley moral puede ser algunas
    veces difícil, pero jamás es imposible.
  • Conocimiento de la ley moral
  • Los preceptos de la ley natural pueden ser
    conocidos por todos mediante la razón.
  • Sin embargo, "no son percibidos por todos de una
    manera clara e inmediata.

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  • Su conocimiento depende de las buenas
    disposiciones del hombre, y éste, herido por el
    pecado original y obcecado y debilitado por sus
    pecados personales, puede errar.
  • Por eso, en la situación actual, la Revelación es
    necesaria al hombre para que las verdades morales
    puedan ser conocidas de todos y sin dificultad,
    con una firme certeza y sin mezcla de error.

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3. La ley divino-positiva
  • La Ley Antigua, revelada por Dios a Moisés, es el
    primer estado de la Ley revelada.
  • Sus prescripciones morales están resumidas en los
    Diez mandamientos.
  • Cada uno de los mandamientos expresa conclusiones
    inmediatas de la ley natural.

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  • La Nueva Ley o Ley Evangélica o Ley de Cristo
    lleva a su perfección a la Ley Antigua.
  • Ha sido revelada por Jesucristo.
  • Se encuentra especialmente en el Sermón de la
    Montaña "Habéis oído que se dijo a los antiguos
    No matarás... pero yo os digo Todo el que se
    encolerice contra su hermano será reo de
    juicio... Mt 5,21.

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  • Toda la Ley evangélica está contenida en el
    mandamiento nuevo de Jesús que os améis unos a
    otros como yo os he amado
  • Ioann 13,34 15,12.
  • La Ley de Cristo no es como la Ley antigua que
    solamente enseñaba el camino, sino que también da
    la fuerza para seguirlo.

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  • Por eso se llama Ley de gracia, porque concede la
    fuerza interior de la gracia para obrar bien.
  • Se llama también ley de amor, porque hace obrar
    por el amor que infunde el Espíritu Santo.
  • Es, además, ley de perfecta libertad porque nos
    inclina a obrar espontáneamente bajo el impulso
    de la caridad y no como esclavos obligados por el
    temor.

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  • La Iglesia, con su Magisterio, es intérprete
    auténtico de la ley natural.
  • Esta misión no se circunscribe sólo a los fieles,
    sino que por mandato de Cristo euntes, docéte
    omnes gentes (Mt 28,29) abarca a todos los
    hombres.

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4. La libertad y la ley
  • Al crear al hombre, Dios le impuso el mandamiento
    de no comer del árbol de la ciencia del bien y
    del mal .
  • Con esta imagen, la Revelación enseña que el
    poder de decidir sobre el bien y el mal no
    pertenece al hombre, sino sólo a Dios.

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  • El hombre está llamado a reconocer y a aceptar la
    ley moral que Dios le da, de modo que la
    libertad humana encuentra su verdadera y plena
    realización en esa aceptación.
  • Enseña San Josemaría
  • "Dios, al creamos, ha corrido el riesgo y la
    aventura de nuestra libertad.
  • (continúa)

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  • Ha querido una historia que sea una historia
    verdadera, hecha de auténticas decisiones, y no
    una ficción ni un juego.
  • Cada hombre ha de hacer la experiencia de su
    personal autonomía, con lo que esto supone de
    azar, de tanteo y, en ocasiones, de
    incertidumbre.

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  • En efecto, Dios quiso dejar al hombre en manos de
    su propio albedrío" (Sir 15,14) para que
    "adhiriéndose a Él llegue libremente a la plena y
    feliz perfección.
  • La autonomía moral es capacidad interna de
    conocimiento moral, pero no consiste en la
    creación, por parte de la razón humana, de los
    valores y de las normas morales.
  • La verdadera autonomía moral del hombre significa
    la aceptación de la ley moral.

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  • "La verdad os hará libres" (loann 8,32). Existe
    una "dependencia de la libertad con respecto a la
    verdad.
  • El amor a la libertad, que es propio del espíritu
    cristiano, es inseparable del amor a la verdad.
  • "Habéis sido llamados a la libertad, pero no
    toméis esa libertad como pretexto para servir a
    la carne, sino servíos por amor unos a otros"
    (Gal 5,13).

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5. Las leyes humanas
  • Para desarrollarse en conformidad con su
    naturaleza, la persona humana necesita una vida
    social ordenada.
  • Elemento necesario de este orden son las leyes
    humanas.
  • La ley es una regla de conducta promulgada por la
    autoridad competente para el bien común.

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  • La ley humana es tal en cuanto es conforme con la
    recta razón y, por tanto, deriva de la ley
    eterna.
  • En cambio, cuando una ley está en contraste con
    la razón, se la denomina ley inicua en este caso
    deja de ser ley y se convierte más bien en un
    acto de violencia.

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6. Los mandamientos de la Iglesia
  • Para salvar a los hombres también ha querido Dios
    que formen una sociedad la Iglesia, fundada por
    Jesucristo, y dotada por Él de todos los medios
    necesarios para cumplir su fin sobrenatural que
    es la salvación de las almas.
  • Entre esos medios, está la existencia de una
    autoridad divinamente instituida, el Papa y los
    Obispos que puede dictar leyes para ese fin.

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  • Los mandamientos más generales de la Iglesia
  • lº "oír Misa entera los domingos y días de
    precepto
  • 2º confesar los pecados mortales al menos una vez
    al año, y en peligro de muerte, y si se ha de
    comulgar
  • 3º comulgar al menos una vez al año, por Pascua
    de Resurrección
  • 4º ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo
    manda la Santa Madre Iglesia
  • 5º ayudar a la Iglesia en sus necesidades.

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  • Estos Mandamientos tienen por objeto concretar el
    modo de cumplir algunas de las obligaciones del
    cristiano santificar las fiestas, recibir los
    sacramentos, hacer penitencia y contribuir a que
    la Iglesia disponga de los medios materiales
    necesarios para cumplir su misión en esta tierra.

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7. La conciencia moral
  • La conciencia moral es un juicio de la razón por
    el que la persona humana reconoce la cualidad
    moral de un acto concreto que piensa hacer, está
    haciendo o ha hecho, aprobando las acciones
    concretas que son buenas y denunciando las que
    son malas.

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  • Conciencia y Ley
  • Mediante el dictamen de su conciencia el hombre
    percibe y reconoce las prescripciones de la ley
    divina.
  • La conciencia es una "voz" que advierte lo que es
    bueno y lo que es malo aplicando la ley moral a
    los actos concretos, e impulsa a seguir el bien y
    recrimina ("remuerde") si se sigue el mal.
  • La conciencia es la aplicación de la ley a cada
    caso particular.

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  • Obligatoriedad de seguir la conciencia.
  • 1. No puede haber oposición objetiva entre la
    obligación de seguir el dictamen de la conciencia
    y la de seguir la ley moral, porque el juicio de
    conciencia no establece la ley, sino que afirma
    la autoridad de la ley natural

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  • 2. Nadie debe ser obligado a actuar contra su
    conciencia, ni se le debe impedir que actúe según
    su conciencia, sobre todo en materia religiosa.
  • 3. Cada uno es responsable de los actos que
    realiza esta responsabilidad constituye una
    llamada a buscar la verdad moral y a dejarse
    guiar por ella en el obrar.

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  • La conciencia es verdadera o recta cuando a
    partir de principios verdaderos (la ley moral)
    dicta un juicio verdadero sobre la licitud o
    ilicitud de un acto particular.
  • La conciencia es errónea o falsa cuando dicta un
    juicio falso (que es bueno lo que es malo o al
    revés).

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  • Esto puede suceder
  • por ignorancia invencible, y entonces no hay
    culpa moral
  • o porque la persona no se preocupa de buscar la
    verdad y el bien y, poco a poco, por el hábito
    del pecado, la conciencia se queda casi ciega.
  • La conciencia culpablemente errónea no excusa de
    pecado, y aun puede agravarlo.

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  • La conciencia es cierta, cuando emite el juicio
    con la certeza moral de no equivocarse.
  • Es probable, cuando juzga con el convencimiento
    de que existe una cierta probabilidad de
    equivocación, pero que es menor que la
    probabilidad de acertar.
  • Es dudosa, cuando la probabilidad de equivocarse
    se supone igual o mayor que la de acertar.

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  • Se llama perpleja cuando no se atreve a juzgar,
    porque piensa que es pecado tanto realizar un
    acto como omitirlo.
  • En la práctica debe obrarse con conciencia
    verdadera y cierta.
  • No se debe obrar con conciencia dudosa hay que
    salir de la duda estudiando, preguntan do, etc.
    (p. ej., quien duda si algo es pecado o no, no
    debe realizarlo sin disipar antes la duda).

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8. Formación de la conciencia
  • El juicio de la conciencia no es siempre
    acertado.
  • A causa del pecado la luz de la conciencia puede
    oscurecerse gradualmente, aunque no hasta el
    punto de quedar totalmente apagada.
  • De ahí la imperiosa necesidad de formar la
    conciencia

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  • La educación de la conciencia es indispensable a
    seres humanos tentados por el pecado a preferir
    su propio juicio y a rechazar las enseñanzas
    autorizadas.
  • Para formar una conciencia recta y verdadera es
    necesario instruir la inteligencia en el
    conocimiento de la verdad, mediante el estudio de
    la ciencia moral y fomentando la práctica de las
    virtudes.

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  • La educación de la conciencia es una tarea que
    dura toda la vida.
  • Especialmente importante para formarse la
    conciencia es la humildad, que se adquiere
    viviendo la sinceridad ante Dios y en la
    dirección espiritual.
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