Sin ttulo de diapositiva

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Queridos
hermanos en la Fe. En
este 16 de
de Agosto, al acordarse de mi cumple-
años, no se
olviden de orar por todos nues-
tros hermanos que de una forma u
otra, padecen la
parte más dura de esta crisis social y moral en
la que estamos todos
sumergidos. No importa que parezca grande
o imposible la tarea, cuando yo
decidí mitigar la pobreza y la
ignorancia en la niñez de Turín, muchas
veces me cuestioné si yo
estaba capacitado pa- ra tamaña tarea
de tanta responsabi- lidad,
pero Dios que conocía
mis miedos, puso un
ángel a mi ser-
vicio, para que
me
apuntale en
mis mo-

mentos de flaque- za,
ese án-
gel se llamaba Mar-
garita, y

casualmente era mi ma- ma. Us-
te-
des quizás no tengan un
ángel, pero
me tienen a
mí, y no du- den ni un
instante
en convocarme, para
que interceda ante el Padre, o simple-
mente para que
la cruz que les to- que llevar,
entre dos sea un po-
quito más
li- via- na.
Una
con
sig- na
que
guió
mi

vida y mi
tarea siem-
pre fue,
sin ninguna
duda, Acción y
Oración, la primera para
cam-
biar aquellas cosas cuyo
orden
por algún motivo
se ha al-
terado, y la se-
gun- da, para
que la pri- me-
ra no carezca
de sentido.
Y si en algún mo-
mento de la
oración disponen de
un minuto, pidan al
Señor por el eterno descanso
de mi alma. No porque dude
de la confianza que me dis-
pensa el Padre, sino porque
hasta yo necesito que de vez en cuan-
do alguien me manifieste
un gesto de Amor, parecido
a ese sentimiento inagotable y
hermoso
que yo siento por ustedes. Un gran
abrazo. Su Papá del
corazón.
Juan Bosco.