Title: Presentaci
1Miguel-A.
51 seg. (Jarcha)
Las urnas
2Vaya por delante que me siento demócrata y
partidario de la esencia de la democracia Un
gobierno por y para el pueblo. Pero la dirección
hacia la democracia no es ninguna meta acabada.
Como bien dijera Churchil La democracia es el
menos malo de los sistemas. Es decir hay que
perfeccionarlo a diario. Y lo grave del caso es
que, aún superpresumiendo de demócratas, los
políticos son los peores enemigos de la
democracia. Y por tanto, o desfiguran la
democracia o la dejan estancada.
3La teoría de la lucha del político por el bien
común es papel mojado. La realidad es una lucha
por el poder... y lo demás es cuento. A los
políticos les importa un rábano el bien común...
únicamente les importa aquello que tenga peso en
las urnas y los lleve a, o consolide en, el
poder. Y no pararan en barreras de mítines
populares prometiendo lo imprometible, y haciendo
circo de payasos, tratando al pueblo por idiota
recalcando, una y otra vez, no lo bueno de su
partido, sino lo malo del adversario.
4Cuentan que un político, engañabobos, estaba
haciendo campaña electoral. Lo de engañabobos,
aclaro, no es ningún insulto al público, sino al
político en cuestión. Tener escasa instrucción no
es ningún delito. La falta está en aprovecharse
de la escasez de cultura de los demás. En su
gira, visitaba un municipio de esos pequeños que
hay dispersos por nuestra geografía española.
Lanzaba muy orgulloso su discurso a los cuatro
vientos ante la mirada atónita del público que
asentía a cada una de sus palabras.
5Pero para redondear la faena y (dicho en símil
taurino) poder cortar la oreja, ya que la plaza
de toros era el escenario del mitin, era
necesario prometer algo. Ni corto ni perezoso, el
político de nuestra historia, se lanzó al "puedo
prometer y prometo", y prometió la construcción
de un puente.
6Y llegaron los males. La promesa del puente la
entendieron todos los presentes. Se quedaron
perplejos. Se miraron unos a otros. Al instante,
dejaron de asentir y se llenaron de dudas. Pero
lo hicieron en silencio por aquello de respetar a
quien más sabe. Sólo el alguacil, que no tenía
ningún complejo por tener el último puesto en el
escalafón de autoridades y, por tanto sin miedo a
la pérdida de prebendas, era el único decidido a
ponerse el mundo por montera, se atrevió a parar
los pies al "ilustre" orador
7- Eh, chist! Pare usted el carro! Cómo dice
que nos construirá un puente, si aquí en este
pueblo no tenemos río?. - Es igual. Les
construiremos también el río -contestó el locuaz
conferenciante.