Title: SALMO 107
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3 Este Salmo resulta de la combinación de dos
fragmentos, que se encuentran en los Salmos 57.
8-12 60. 7-14. En la primera parte (vs. 2-7),
el salmista alaba fervientemente al Señor por su
misericordia y su fidelidad. La segunda (vs.
8-14) contiene un oráculo divino y una expresión
de confianza en la ayuda del Señor.
4Esta fusión da origen a una nueva plegaria y este
hecho resulta ejemplar para nosotros. En
realidad, también la liturgia cristiana, a
menudo, funde pasajes bíblicos diferentes,
transformándolos en un texto nuevo, destinado a
iluminar situaciones inéditas. Con todo,
permanece el vínculo con la base originaria.
El salmo que resulta de esa combinación es, por
tanto, algo más que la simple suma o
yuxtaposición de los dos pasajes anteriores. En
vez de comenzar con una humilde súplica, como el
salmo 56, Misericordia, Dios mío, misericordia
(v. 2), el nuevo salmo comienza con un decidido
anuncio de alabanza a Dios Dios mío, mi corazón
está firme para ti cantaré y tocaré (Sal
107,2). Esta alabanza ocupa el lugar de la
lamentación que formaba el inicio del otro salmo
(cf. Sal 59,1-6), y se convierte así en la base
del oráculo divino sucesivo (cf. Sal 59,8-10Sal
107,8-10) y de la súplica que lo rodea (cf. Sal
59,7.11-14Sal 107,7.11-14).
Esperanza y temor se funden y se transforman en
el contenido de la nueva oración, totalmente
orientada a infundir confianza también en el
tiempo de la prueba que vive toda la comunidad.
5Dios mío, mi corazón está firme,para tí cantaré
y tocaré, gloria mía.Despertad, cítara y
arpa,despertaré a la aurora.
6Te daré gracias ante los pueblos, Señor,tocaré
para ti ante las nacionespor tu bondad, que es
más grande que los cielospor tu fidelidad, que
alcanza a las nubes.
7Elévate sobre el cielo, Dios mío,y llene la
tierra tu gloriapara que se salven tus
predilectos,que tu mano salvadora nos responda.
8Dios habló en su santuario "Triunfante, ocuparé
Siquén,parcelaré el valle de Sucot mío es
Galaad, mío Manasés,Efraín es yelmo de mi
cabeza, Judá es mi cetroMoab, una jofaina para
lavarme, sobre Edom echo mi sandalia, sobre
Filistea canto victoria".
9Pero, quién me guiará a la plaza fuerte,quién
me conducirá a Edom,si tú, oh Dios, nos has
rechazadoy no sales ya con nuestras tropas?
10Auxílianos contra el enemigo,que la ayuda del
hombre es inútilcon Dios haremos proezas,El
pisoteará a nuestros enemigos.
11EL CICLO DE LA VIDA
Te puede dar la impresión a veces, Señor, de que
me repito en mis oraciones. Permíteme decir,
reconociendo una dificultad común a ambos, que tú
también te repites en tus salmos, Señor. Y en
cierto modo, así es como debe ser es justo que
tú y yo nos repitamos al tratar de la vida,
porque la vida misma es repetición. La vida es
ciclo, rutina, rueda de la fortuna, cangilón de
noria. La vida es el día tras la noche y la noche
tras el día, en el ritmo inevitable de las leyes
del cielo y las mutaciones del corazón del
hombre. Que no te ofendan, pues, mis
repeticiones, Señor, como a mí no me ofenden las
tuyas.
Lo que pido cuando las mismas oraciones me vienen
a las manos y los mismos versos a los labios,
cuando las mismas situaciones se presentan en la
vida y los mismos pensamientos cruzan mi mente,
es poder vivir lo viejo con espíritu nuevo, rezar
con nueva fe la oración repetida, apretar con
nuevo cariño la mano conocida, vivir la rutina de
la vida con la novedad de una mente abierta que
acepta cada día como un regalo y saluda cada
amanecer como una sorpresa.
Este salmo está compuesto de partes de otros dos
salmos que han sido unidas. También mi vida está
hecha de retazos de experiencias antiguas
revividas en el marco cerrado de mi propia
limitación. Dame, Señor, la gracia de tomar cada
experiencia de nuevo como un acontecimiento
inédito, de encontrar tierno el pan que de tus
manos recibo al comenzar cada día.
Si hay amor, la repetición se hace placer. Dame
amor, Señor, para que toda oración se torne
alegría en mis labios.
12Acoge, Señor, la oración de tus siervos y haz que
nuestros corazones despierten a la aurora para
darte gracias auxílianos en nuestras angustias,
pues toda ayuda del hombre es inútil, y
muéstranos tu gloria, para que se salven los
predilectos que tú tanto amas.