Title: Talentos
1La parábola nos invita a la vigilancia activa, a
mantener la tensión y a no dejarnos vencer por la
rutina, la pereza o la comodidad. La espera,
además de ser vigilante, ha de ser productiva.
Mateo 25, 14-30
Trigésimo tercer domingo, 13 Noviembre 2005
214 Sucede también con el reino de los cielos lo
que con aquel hombre que, al ausentarse, llamó a
sus criados y les encomendó su hacienda. 15 A uno
le dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a
cada uno según su capacidad y se ausentó.
Jesús nos encomienda a todos una misión dar la
Buena Noticia que es la revelación de cómo es
Dios, de quiénes somos nosotros, de un modo de
vivir y de su proyección eterna.
316 El que había recibido cinco talentos fue a
negociar en seguida con ellos, y ganó otros
cinco. 17 Asimismo el que tenía dos ganó otros
dos. 18 Pero el que había recibido uno solo, fue,
hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de
su señor. 19 Después de mucho tiempo, volvió el
amo y pidió cuentas a sus criados.
Ante nuestra responsabilidad de anunciar el
Evangelio caben dos actitudes transmitir lo que
hemos recibido o guardarnos para nosotros mismos
lo que Dios nos ha dado vivir una vida
religiosamente correcta sin arriesgarnos a
vivir el amor de manera más audaz y creativa.
420 Se acercó el que había recibido cinco
talentos, llevando otros cinco, y dijo Señor,
cinco talentos me entregaste aquí tienes otros
cinco que he ganado. 21 Su amo le dijo Bien,
criado bueno y fiel como fuiste fiel en cosa de
poco, te pondré al frente de mucho entra en el
gozo de tu señor. 22 Llegó también el de los dos
talentos y dijo Señor, dos talentos me
entregaste, aquí tienes otros dos que he ganado.
23 Su amo le dijo Bien, criado bueno y fiel
como fuiste fiel en cosa de poco, te pondré al
frente de mucho entra en el gozo de tu señor.
En todas las circunstancias, en los buenos y en
los malos momentos, los seguidores y seguidoras
de Jesús debemos dar testimonio y traducir
nuestra vida en servicio. Dios es un Padre que
nos confía el regalo de la vida y nos quiere
personas audaces dispuestas a correr riesgos y
superar dificultades para inventar una vida más
digna y feliz para todos. No somos llamados a
enterrar la vida de manera estéril.
524 Se acercó finalmente el que sólo había
recibido un talento y dijo Señor, sé que eres
hombre duro, que cosechas donde no sembraste y
recoges donde no esparciste 25 tuve miedo y
escondí tu talento en tierra aquí tienes lo
tuyo. 26 Su amo le respondió Criado malvado y
perezoso! No sabías que yo cosecho donde no
sembré y recojo donde no esparcí? 27 Debías haber
puesto mi dinero en el banco y al volver yo,
habría retirado mi dinero con los intereses. 28
Así que quitadle a él el talento y dádselo al que
tiene diez
La actitud pusilánime del tercer servidor
pretende estar a bien con Dios sin salir de su
propio mundo.Piensa que la vida creyente es algo
que sucede únicamente entre él y Dios. Un Dios
que considera más amigo del castigo que del amor.
No ha comprendido el sentido de las exigencias
evangélicas, las ha entendido como normas
religiosas de observancia formal.
Prefiere no arriesgar. En el Evangelio tener
miedo equivale a no tener fe.
629 Porque a todo el que tiene se le dará y tendrá
de sobra pero al que no tiene, aun aquello que
tiene se le quitará. 30 Y a ese criado inútil
arrojadlo fuera a las tinieblas. Allí llorará y
le rechinarán los dientes.
La exigencia, la responsabilidad, la respuesta a
lo recibido, no deben hacernos olvidar quién
exige, ante quién somos responsables ante
Abbá. El seguimiento de Jesús supone una vida
basada, no en la formalidad, la auto-protección y
el temor, sino en la gratuidad, en el coraje y en
la entrega a los demás. Eso constituye la alegría
del Señor. Y la nuestra.
7Quien sólo busca cuidar su vida, protegerla y
defenderla, la echa a perder. Quien no sigue las
aspiraciones más nobles de su corazón por miedo a
fracasar, ya está fracasando. Quien no toma
iniciativa alguna para no equivocarse, ya se está
equivocando. Quien sólo se dedica a conservar su
virtud y su fe, corre el riesgo de enterrar su
vida. Al final, no habremos cometido grandes
errores, pero no habremos vivido. Jesús es una
constante invitación a vivir intensamente la
fantasía del Amor, la audacia para renovarnos
y para actualizar el Evangelio.