Title: SALMO 143
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3 En la primera parte de este Salmo (vs. 1-
11), un rey se dirige al Señor para darle gracias
por su constante protección (vs. l-2) y para
rogarle que lo libre de sus enemigos (vs. 3-11).
Las frases y expresiones utilizadas por el
salmista reflejan la influencia de otros Salmos,
en especial la del Salmo 18, que en varios
versículos se encuentra reproducido casi
literalmente. La segunda parte (vs. 12-15)
tiene un tono mucho más lírico, y es una súplica
por la prosperidad de la nación. Las
diferencias de estilo y el paso del singular al
plural hacen suponer que estas dos partes, en su
origen, fueron composiciones independientes.
El uso litúrgico las unió más tarde, para asociar
la oración por el rey a la oración por todo el
pueblo.
41. CON ISRAEL
Este salmo se podría titular "guerra y paz" la
primera parte evoca el gran combate escatológico
(batalla y victoria de Dios contra el mal). Las
"fuerzas infernales" están simbolizadas por el
"abismo" temible, y los "ídolos", descritos como
"montañas orgullosas" que Dios "quemará" con sus
relámpagos. La segunda parte del salmo evoca la
paz recuperada, mediante imágenes altamente
poéticas la expansión del ánimo, la felicidad,
la abundancia...
2. CON JESÚS
Lo que se esperaba del "Rey-Mesías" Jesús lo
asumió espiritualmente. Jesús comparó su Iglesia
a una "Roca" estable "Tú eres Pedro y sobre esta
Roca construiré mi Iglesia... (Mateo 16,18).
Pero esta Roca sólida, según Jesús, padece los
asaltos de la fuerza del mal "los poderes del
infierno no prevalecerán contra ella" (Mateo
16,18).
3. CON NUESTRO TIEMPO
El salmo culmina en la proclamación explícita de
la felicidad espiritual esencial. Cuando todo se
aniquila junto al hombre tan frágil y efímero,
cuando la enfermedad, la prueba, la inseguridad
alcanzan sus fuerzas vivas, una fuente de alegría
íntima puede siempre subsistir la convicción de
que Dios está "con" nosotros, y que nos
"liberará" de todo mal.
5Bendito el Señor, mi Roca,que adiestra mis manos
para el combate,mis dedos para la pelea
6Mi bienhechor, mi alcázar,baluarte donde me
pongo a salvo,mi escudo y refugio,que me somete
los pueblos.
7Señor, qué es el hombre para que te fijes en
él?Qué los hijos de Adán para que pienses en
ellos?El hombre es igual que un soplosus días,
una sombra que pasa.
8Señor, inclina tu cielo y desciendetoca los
montes, y echarán humofulmina el rayo y
dispérsalosdispara tus saetas y desbarátalos.
9Extiende la mano desde arribadefiéndeme,
líbrame de las aguas caudalosas,de la mano de
los extranjeros,cuya boca dice falsedades,cuya
diestra jura en falso.
10Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,tocaré
para tí el arpa de diez cuerdaspara tí que das
la victoria a los reyes,y salvas a David, tu
siervo.
11QUE ES EL HOMBRE?
Señor, qué es el hombre para que te fijes en
él?
No digo esto en un momento de depresión, Señor,
ni tampoco para quejarme, ni mucho menos para
denigrarme a mí mismo. Lo único que pretendo es
poner las cosas en su sitio, encajar mi vida en
la perspectiva que le corresponde y aprender a no
tomarme demasiado en serio a mí mismo. Esta es la
mejor manera de enfocar la vida, en providencia
sana y tranquila, y te ruego me ayudes a dominar
ese arte, Señor. Sí, soy un soplo de viento y una
sombra que pasa. Pensamiento feliz que ya en sí
mismo reduce el volumen de mis problemas y rebaja
la altura artificial del trono de mi pretendida
realeza. Se desinfla el globo de mi
autoimportancia. Qué puede haber más ligero y
alegre que un soplo de viento y una sombra
voladora? Disfrutaré mucho más de las cosas
cuando no se me peguen, y bailaré con más alegría
mi vida cuando se aligere su peso. No soy yo
quien ha de resolver todos los problemas del
mundo y deshacer los entuertos de la sociedad
moderna. Seguiré adelante, haciendo todo lo que
pueda en cada ocasión, pero sin la seriedad
imposible de ser el redentor de todos los males y
el salvador de la humanidad. Ese papel no es el
mío. Yo soy algo mucho más humilde. Soy soplo de
viento y sombra que pasa. Dejadme pasar, dejadme
volar, y que mi presencia pasajera traiga un
instante de descanso a todos a los que salude con
gesto de buena voluntad en un mundo cargado de
dolor. Dichoso el pueblo que esto tiene, dichoso
el pueblo cuyo Dios es el Señor.
12Señor, roca, escudo y refugio nuestro, tú, que
das la victoria a los reyes y salvaste a David,
tu siervo, extiende también la mano desde arriba
y defiéndenos a nosotros de las aguas caudalosas
adiestra nuestras manos para el combate de este
día y haz que podamos someter a nuestros enemigos
y que, reportada la victoria, entonemos en tu
honor un cántico nuevo. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.