Title: Diapositiva 1
1Tercer Mandamiento Santificar las fiestas
2Dios ha bendecido el sá- bado y lo ha
declarado sagrado,. Ese día se hace memoria del
descanso de Dios el séptimo día de la
Crea- ción. De la liberación de Israel de la
esclavitud de Egipto. De la Alianza que Dios
hizo con su pueblo.
3Jesús reconoce la san- tidad del sábado. Con su
autoridad divi- na le da la interpreta- ción
auténtica.
El sábado ha sido instituido para el hombre y no
el hombre para el sába do ( Marcos 2,27 ).
4Para los cristianos el sá- bado ha sido
sustituido por el domingo porque este es el día
de la Resu- rrección de Cristo. Como primer día
de la semana recuerda la pri- mera
creación. Como octavo día, que sigue al sábado,
significa la nueva creación inaugurada con la
Resurrección de Cristo.
5El domingo es considerado por los cristianos como
el primero de todos los días y de todas las
fiestas El día del Señor.
Jesús, con su Pascua, lleva a cumplimiento la
verdad espiritual del sábado judío y a- nuncia el
descanso eterno del hombre en Dios.
6Los cristianos santifican el domingo y las
demás fiestas de precepto par- ticipando en la
Euca ristía del Señor. Absteniéndose de las
actividades que les im- pidan rendir culto
a Dios. Se permiten las actividades relacionadas
con las necesidades familiares o los servicios
de utilidad social, siempre que no sean
perjudi- ciales a la santificación del domingo.
7Es importante que el día domingo sea reconocido
civilmente como día festivo. A fin de que todos
tengan la posi- bilidad de disfrutar del
suficien- te descanso y de tiempo libre.
Esto les permite cuidar su vida
religiosa, familiar, cultural y social. De
disponer de tiempo para la meditación, la
reflexión, el silencio y el estudio y de
vi- sitar a los ancianos y a los enfermos.
8 El Cuarto Mandamiento Honrarás a tu padre
y a tu madre
9El cuarto mandamiento ordena honrar y respe- tar
a nuestros padres. Y a todos aquellos a quienes
Dios ha investi- do de autoridad para nuestro
bien.
10En el plan de Dios, un hom- bre y una mujer,
unidos en matrimonio, forman con sus hijos una
familia.
El matrimonio y la familia están ordenados al
bien de los esposos y a la procreación y
edu- cación de los hijos. En Cristo la familia
se convierte en Iglesia do- méstica, porque es
una comunidad de fe, de esperanza y de caridad.
11La familia es la célula ori- ginal de la sociedad
y pre- cede a cualquier reconoci- miento por
parte de la au- toridad pública. Los principios
y valores familiares constituyen el fundamento de
la vida social. La vida de familia es
una iniciación a la vida de la sociedad.
12La sociedad tiene el deber de sostener y
consolidar el matri- monio y la familia. Los
poderes públicos deben respetar, proteger y
favorecer la verdadera naturaleza del matrimonio
y de la familia.
Deben también proteger y favorecer la moral
pública, los derechos de los padres y el
bienestar doméstico.
13Los hijos deben a sus padres respeto,
reconocimiento, docilidad y obediencia. Contribuy
en así, junto a las buenas relaciones entre
her- manos y hermanas, al creci- miento de la
armonía y la santidad de toda la vida
familiar. En caso de que los padres se
encuentren en condición de pobreza, de
enfermedad, de soledad o de ancianidad, los hijos
adultos deben prestarles ayuda moral y material.
14Los padres son los primeros respon- sables
de la educación de sus hijos y los primeros
anuncia- dores de la fe. Tienen el
deber de amar y de respetar a sus hijos
como per- sonas y como hijos de Dios.
Deben proveer, en cuanto sea posible,
a sus necesidades materiales y
espiri- tuales, elegir una escuela adecuada y
ayudarlos, con prudentes consejos, en la e
lección de la profesión y del estado de
vida. Deben educarlos en la fe cristiana.
15Los padres educan a sus hijos en la fe
cristiana principalmente con el ejemplo, la
oración, la catequesis familiar y la
participación en la vida de la Iglesia.
16Los vínculos familiares, aunque sean importantes,
no son abso- lutos, porque la primera voca- ción
del cristiano es seguir a Jesús El que ama a su
padre o a su madre más que a mi no es digno de
mi ( Mateo 10,37 ).
Los padres deben favorecer gozosamente
el seguimiento de Jesús por parte de sus hijos en
todo estado de vida, también en la
vida consagrada y en el ministerio sacerdotal.
17La autoridad se ejerce siem- pre como un
servicio, respe- tanto los derechos funda
mentales del hombre, una justa jerarquía de
valores, las leyes, la justicia distri- butiva y
el principio de sub- sidiaridad. Cada cual, en
el ejercicio de la autoridad, debe buscar el
interés de la comunidad antes que el propio y
debe inspirar sus de- cisiones en la verdad sobre
Dios, sobre el hombre y sobre el mundo.
18Quienes están sometidos a las autoridades
deben considerarlas como re presentantes de
Dios, ofre- ciéndoles una colabora ción leal
para el buen fun- cionamiento de la vida pública
y social.
Esto exige el amor y servicio de la patria, el
derecho y el deber del voto, el pago de los
impuestos, la defensa del país y el de- recho a
una crítica constructiva.
19El ciudadano no debe en conciencia
obedecer cuando las prescripcio- nes de la
autoridad ci- vil se opongan a las exi- gencias
del orden mo ral Hay que obedecer a Dios
antes que a los hombres ( Hechos 5,29 ).
20Presentación en POWER-POINT realizada por
Violeta Vázquez para www.oracionesydevociones.in
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