Title: Diapositiva 1
1San Juan de Dios
8 de Marzo
2San Juan de Dios nació el año 1495. No podemos
decir dónde, pues unos, los más, creen que nació
en Portugal, mientras que otros dicen que nació
en un pueblo de Toledo (España).
Su nombre era Juan Ciudad Duarte. Su familia era
pobre, pero muy religiosa. Su madre murió siendo
Juan muy joven. Su padre murió como religioso en
un convento.
3De jovencito, casi niño, va a Oropesa, en Toledo
de España, y comienza su vida de pastor, en la
que estará por muchos años.
El joven se porta tan bien que el patrón le
propone casarse con su propia hija. Pero Juan
prefiere la vida libre y de aventuras.
4Se alista como soldado en los ejércitos de Carlos
V y participa en algunas batallas famosas.
La vida militar le hizo fuerte, resistente y
sufrido.
5En la guerra le pusieron a cuidar un gran
depósito de armas y, por no haber estado
suficientemente atento, cayó el depósito en manos
del enemigo. El coronel mandó ahorcar a Juan. Él
encomendó el asunto a la Madre de Dios. Al final
le perdonaron y Juan volvió a casa.
6Pero Juan vuelve de nuevo al ejército bajo el
mando del conde de Oropesa en las tropas de
Carlos V para la defensa de Viena contra los
turcos.
7Después de venir del ejército, va a su pueblo
pero no tiene familiares cercanos y se vuelve a
España.
Comienza una vida errante por Sevilla, Ceuta,
Gibraltar, hasta llegar a Granada.
8Marcha a África al servicio de un caballero y su
familia. En Ceuta trabaja de albañil, ayudando a
reconstruir las murallas.
En Gibraltar se asienta algo, trabajando como
vendedor ambulante de libros. Sobre todo son
libros y estampas religiosas.
9Por fin llega a Granada, donde residirá hasta su
muerte.
Allí monta una pequeña librería. Y sigue de
vendedor ambulante.
10El 20 de Enero de 1539 es el hecho trascendental
de la conversión de san Juan de Dios.
San Juan de Ávila predicaba contra la vida de
pecado. En medio del sermón Juan Ciudad se
arrodilló y comenzó a gritar Misericordia,
Señor, que soy un pecador.
11Y salió gritando por las calles pidiendo perdón a
Dios. Tenía 40 años.
12Juan se confesó con san Juan de Ávila. Y él se
puso como penitencia hacerse el loco para que la
gente le humillara y le hiciese sufrir.
13Repartió entre los pobres lo que tenía de su
pequeña librería y comenzó a caminar por las
calles, como loco, pidiendo perdón a Dios por sus
pecados.
14La gente creyó que verdaderamente estaba loco y
le tiraban piedras y le daban golpes.
Al fin le llevaron al manicomio y los encargados
le daban fuertes palizas, ya que creían que era
el único medio para calmar a los locos.
15Pero los encargados notaban que Juan no se
disgustaba por los azotes, sino que lo ofrecía
todo a Dios.
Al mismo tiempo, les llamaba la atención a los
guardias por ese modo tan brutal de tratar a los
enfermos.
16La estancia en el manicomio fue providencial,
para darse cuenta san Juan de Dios del error que
es pretender curar las enfermedades mentales con
torturas.
17Después fundará un hospital y, sin saber
medicina, demostrará a los médicos que a ciertos
enfermos mentales hay que curarles primero el
alma para luego curarles el cuerpo.
Enseñará que para los enfermos mentales es mucho
mejor la bondad y la comprensión que el rigor de
la tortura.
18Cuando volvió san Juan de Ávila a Granada y supo
que aquel, su convertido, estaba en el manicomio,
logró sacarle y le aconsejó que ya no hiciera más
penitencia teniéndose por loco.
19San Juan de Ávila le mandó a Juan Ciudad, con
cartas de recomendación, al santuario de
Guadalupe en Extremadura para que aprendiese algo
de medicina y madurase su propósito en entregarse
a los pobres y enfermos.
20A la vuelta pasa una temporada con san Juan de
Ávila en Baeza.
21Vuelve a Granada y comienza su obra.
Sólo dispone de su propio esfuerzo y de la
generosidad de la gente.
Desde ahora dedicará toda su vida y energías en
ayudar a los enfermos más miserables por amor a
Cristo Jesús.
22Alquila una casa vieja y comienza a recibir a
cualquier enfermo que no tiene ayuda. Durante el
día atiende a cada uno con todo cariño. Hace de
enfermero, cocinero, barrendero, mandadero,
padre, amigo y hermano de todos. Por la noche va
por la calle pidiendo limosnas (sobras de las
comidas) para sus pobres.
23Pronto se hizo popular en toda Granada el grito
de Juan en las noches por las calles.
Iba con unos morrales, llevando ollas. Y gritaba
Haced el bien, hermanos, para vuestro bien. Y
la gente salía a la puerta de sus casas para
darle lo que les había sobrado de la comida del
día.
24Volvía a casa hacia la medianoche, hacía el aseo
y se echaba a dormir un rato debajo de una
escalera.
Un verdadero héroe de la caridad.
25El Sr. Obispo, viendo la gran obra de caridad que
hacía, comenzó a llamarle Juan de Dios. Y así
le llamará la gente en adelante.
26El Sr. Obispo, viendo que Juan de Dios, cada vez
que le daban un vestido nuevo lo cambiaba a un
pobre por sus harapos, le dio una túnica negra
para que lo llevase como uniforme.
Será el hábito que luego llevarán sus religiosos.
27Un día el hospital se incendió y Juan de Dios
tuvo que entrar varias veces para sacar a sus
enfermos.
Y, aunque pasó entre las llamas, no sufrió
quemadu-ras y pudo sacar a todos.
28Su fama creció grandemente en Granada, de modo
que sus amigos le compraron una casa grande en la
cuesta Gomérez para fundar un nuevo y más grande
hospital. Le ayudaban ya algunos compañeros.
29En Enero de 1550 el río venía crecido arrastrando
algunos troncos y palos. Como Juan de Dios
necesitaba para el hospital bastante leña, pues
era invierno y hacía mucho frío, se fue al río
con un jovencito.
El joven se adentró algo y se lo llevó la
corriente. Juan de Dios tuvo que lanzarse al agua
para salvarle la vida.
30El frío del río le penetró. hasta coger una gran
pulmonía. Su salud se debilitó totalmente debido
además a los trabajos, ayunos y trasnochadas.
Juan de Dios quiso disimularlo pero fue
imposible, especialmente porque le acrecentó la
artrosis.
31Una venerable señora obtuvo autorización del Sr.
Obispo para llevarlo a su casa y cuidarlo.
El santo fue a despedirse del Santísimo por largo
rato. Y confió la dirección de su obra a Antonio
Martín, junto con quien había sido enemigo de
éste y ahora amigos, religiosos y colaboradores.
32Cuando el santo llegó a la casa de la señora rica
dijo Estas comodidades son demasiado lujo para
mí, que soy tan miserable pecador.
No tuvo más remedio que dejarse atender, aunque
era ya demasiado tarde.
33El 8 de Marzo de ese año, 1550, sintiendo que le
llegaba la muerte, se arrodilló en el suelo y
exclamó Jesús, Jesús, en tus manos me
encomiendo. Y así de rodillas quedó muerto.
34Habían sido diez años con demasiado trabajo en su
hospital de pobres y con muchos problemas
económicos. Siempre creyéndose el más grande
pecador.
35Fue acompañado al cementerio por el Obispo,
autoridades y todo el pueblo que le aclamaba como
santo.
36El 1 de Enero de 1571 el papa san Pío V aprobó
solemnemente la orden de los Hermanos
Hospitalarios.
37San Juan de Dios fue beatificado por Urbano VIII
el 1 de Septiembre de 1630. Y fue canonizado por
Alejandro VIII el 16 de Octubre de 1690. Es
patrono de los hospitales. También de los
bomberos.
38San Juan de Dios llama a la caridad logro y
ganancia, pues Dios nos promete ciento por uno
en la bienaventuranza.
Él decía Así como el agua mata al fuego, así la
caridad al pecado.
39Nos enseñó que el amor llega donde no alcanza la
medicina.
Uno de sus lemas preferidos era Haced el bien,
hermanos, para vuestro bien
40San Juan de Dios nos enseña tener atención
integral a la persona necesitada, respetando su
dignidad y defendiendo sus derechos.
Uno de sus gritos
"Hermanos, haceos bien a vosotros mismos, queda
claro?"
41Uno de los principales lemas que les dejó a sus
discípulos fue Todo lo que hicisteis con cada
uno de estos, mis hermanos enfermos, conmigo lo
hicisteis.
42Así nos lo dirá Jesús
en el juicio final.
43El hijo de Dios vendrá en gloria con sus ángeles,
y a los pueblos llamará hasta él, para juzgarles.
Automático
44De un lado las ovejas,
y las cabras al contrario.
Entonces el Rey dirá, en tono sereno y claro
45Ovejas a mi here-dad!, el Reino tenéis
prepara-do,
porque cuando tuve hambre tus panes me la
quitaron.
46Sed tuve y me saciaste, sin cama me aposentaron.
Enfermo me visitaste y desnudo me arroparon.
47"Mi Señor, nunca te vimos como tu nos has
contado".
Y el Señor responderá a los justos que así
hablaron
48Cuanto hicisteis a los pobres en mí yo lo vi
encarnado. Y quienes el mal hicieron, al fuego
serán echados.
49No hayan familias sin casas, desnudos o con
harapos.
Ni enfermos guardando cama sin hombres para
cuidarlos.
50Ni sedientos ni hambrien-tos, porque agua y pan
tomaron,
seas tu o sea yo el que se lo hubiere dado.
51Que María nos ayude
AMÉN