Title: Diapositiva 1
1La bomba de Hiroshima
Lanzan una bomba sobre Hiroshima
2Era la mañana de un lunes de verano, clara y
desprovista de nubes. Había sonado la alarma
antiaérea la noche anterior la que finalmente se
apagó alrededor de las dos de la madrugada. Los
350.000 habitantes de la ciudad pudieron dormir
un poco hasta que sonó otra alerta a las 709.
Debido a que sólo se detectó un solitario avión
enemigo volando a mucha altura, la alarma sonó a
las 731. Todos abandonaron los refugios
antiaéreos y marcharon hacia sus actividades
cotidianas. A las 815 de la mañana del 6 de
agosto de 1945, la primera bomba atómica lanzada
en la historia, explotó sobre el centro de
Hiroshima. En un instante redujo la ciudad a una
planicie arrasada. Se generó una bola de fuego,
que en el hipocentro (área de impacto directo de
la bomba) alcanzó instantáneamente una
temperatura de 4.000 grados centígrados. A dos
kilómetros de distancia todas las ropas, tanto
las que vestía la gente como las que estaban
mojadas secándose al sol se incendiaron
espontáneamente. A tres kilómetros,todos los
durmientes del ferrocarril, cercas de madera y
árboles se incendiaron. El efecto del calor
generó inmediatamente una onda expansiva que
derribó todo a su paso. En diez segundos ya había
avanzado casi cuatro kilómetros.
3- Ese día de 1945, el avión Enola Gay volaba sobre
los cielos del Japón. A las ocho y dieciséis
minutos de la mañana el comandante Paúl Tibes
tiró de la palanca que dejó caer un voluminoso
artefacto en la ciudad sobre la que volaban.
Cuarenta y cinco segundos más tarde, cuando se
hallaba aún a 600 metros de la tierra, se produjo
una horrorísima explosión, un relámpago intenso y
cegador se esparció a 1200 kilómetros por hora y
una ola de presión devastadora derribó edificios
como si fueran de papel la temperatura ambiente
se elevó, en segundos, a quince millones de
grados centígrados
4Una nube de humo rojizo en forma de hongo se alzó
sobre la ciudad.
5Sabemos que los relojes se detuvieron y también
que los autores de la masacre y sus defensores la
justifican diciendo que así se aceleró el fin de
la Segunda Guerra y, que el número de muertos que
provocó el ataque nuclear (aún sumando las
víctimas de la bomba arrojada tres días después
sobre Nagasaki) fue infinitamente menor al que se
habría producido si EE. UU. invadía Japón. Se ha
asegurado que días antes de la explosión de
"Little Boy, el presidente Harry Truman había
sido advertido de que el emperador Hirohito iba a
rendirse en breve.
6En 1945 Hiroshima era una ciudad importante y a
10 Km. estaban los cuarteles del Segundo Ejército
japonés que defendían la zona sur del país. Sin
embargo, la bomba fue arrojada en el corazón de
la población civil. Mujeres, hombres, chicos y
bebés fueron protagonistas de la mayor
experiencia de muerte masiva e instantánea. Si
Auschwitz es el símbolo de la industrialización
de la muerte, Hiroshima es la ecuación entre la
economía y el genocidio una solo arma y la
muerte para cien mil.El día en que cayó la
bomba atómica, en Hiroshima vivían alrededor de
300 mil personas. Hoy, sesenta años después,
viven allí 1.200.000, de los cuales 80 mil son
sobrevivientes de la masacre. No todos quieren
hablar del pasado, y muchos sólo buscan en el
silencio respeto por lo que les sucedió.
7Son infinitos los tratados que reflejan los
efectos de la radiación en los cuerpos humanos,
un poder de destrucción que mató en el acto y
siguió siendo un criminal agazapado. Son muchos
los que, habiendo sobrevivido a la bomba,
buscaron la muerte por propia mano ante los
primeros síntomas de un cáncer que todo lo
indicaba era un efecto demorado del ataque
nuclear.Hoy Hiroshima vive activamente y es, a
la vez, una memoria activa de relatos y
monumentos. La cúpula del Gembaku, el único
edificio del área donde cayó la bomba que se
mantuvo en pie, es el reflejo de esa tensión
entre el paso del tiempo y el recuerdo. Su cabeza
de hierro desdentada mira al mismo cielo que
conoció la muerte incandescente.
8A unos metros está el museo que cuenta la
historia que cambió la historia y el Memorial, la
construcción que alberga una llama permanente que
arde y arderá hasta que el mundo entero tome la
decisión de enterrar por siempre las armas
nucleares.