Title: Diapositiva 1
1Baucis y Filemón
Alba Fuentes Cruz Cultura Clásica II Ies. Fuente
de la Peña
2Tal era su grandeza que no podía aparecer ante
los mortales en todo su esplendor sino que debía
transformarse en mortal o en animal para hacerlo.
Era el guardián de la ley, defensor de la verdad
y protector de la justicia y la virtud. Su templo
situado en el monte Capitolino, era venerado por
todos.
Júpiter, hijo de Saturno, era el soberano de
todos los dioses. Júpiter era el dios de la
tierra y el rey del firmamento.
3Como Heraldo y mensajero de Júpiter, Mercurio
llevaba casi siempre el atributo del caduceo del
que se enrollaban dos serpientes en alusión a
aquellas dos que, Mercurio, vio pelear y que
separó pacíficamente con el caduceo.
Mercurio era hijo de Júpiter y Maya. Mercurio era
el guía de los caminantes y el conductor de las
almas a los infiernos.
4Filemón era un pobre campesino, mas aunque la
comida no le sobraba, la bondad y la generosidad
llenaban su corazón.
Baucis era la esposa de Filemón. Llevaban juntos
toda la vida y ambos soñaban con permanecer
juntos hasta después de la muerte.
Vivían en una humilde cabaña en el pueblo de
Frigia. Frutas, olivas, queso y un solo ganso en
el corral era todo lo que estos pobres ancianos
tenían para comer
5En aquel tiempo Júpiter y Mercurio disfrazados de
mortales, visitaron el pueblo de Frigia. Buscaron
posada en todos los hogares del lugar pero en
ninguno de ellos encontraron cobijo.
No obstante, cuando llegaron a la choza más pobre
de los alrededores, los ancianos Filemón y Baucis
los recibieron de buen agrado en su casa.
6Júpiter y Mercurio descansaron en el banco que
Baucis les había acomodado mientras que se
calentaban con el fuego que ésta misma había
logrado encender a base de mucho esfuerzo.
Ambos ancianos llenaron la mesa con todos los
alimentos de los que disponían. Mientras Filemón
llenaba los vasos de vino, se dio cuenta de que
el vino nunca se acababa y entonces descubrió
que eran las divinidades las que estaban sentadas
en su mesa.
7Consciente de esto, Filemón pidió mil disculpas a
los dioses por el indigno banquete que les había
servido y seguido de esto se apresuró a buscar el
ganso que guardaban en el corral con el fin de
ofrecérselo a los superiores.
8Sin embargo, ante esto, el ganso se escondió
entre las piernas de Júpiter y este, tras impedir
el sacrificio, les habló a los ancianos de que
iba a destruir la ciudad y a todos aquellos que
les habían negado la entrada
Todos estos impíos que habitan este cantón van a
perecer vosotros solos seréis librados de esta
suerte para esto es preciso que abandonéis
vuestra cabaña y nos sigaís montaña arriba, sin
volver la vista atrás hasta no haber llegado a la
cima
9Desde allí los dos ancianos pudieron ver todo el
pueblo cubierto de agua excepto su cabaña que
ahora estaba convertida en un templo de oro y
mármol.
Viejo prudente y tú, esposa de hombre tan
virtuoso, Cuál es vuestro mayor deseo?
10 Todos nuestros deseos se reducen a ser
guardianes de ese templo y a como siempre hemos
vivido en perfecta unión, perecer los dos el
mismo día
Así pues, ambos guardaron el templo desde ese
momento, y cuando llegaron a una vejez extrema,
Júpiter los convirtió en dos árboles que se
tornaban el uno hacia el otro entrecruzando sus
ramas. Filemón se convirtió en roble y Baucis en
tilo. Así es cómo los dioses recompensaron la
piedad y honraron después de la muerte a
aquellos que les rindieron honor en vida
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