Title: Silencio de Mara
1El silencio de María un lenguaje de eternidad
2Estar en silencio es simplemente acoger el don
de una Presencia, escuchar contemplando a
Alguien que nos habla con lenguaje de eternidad.
3Madre de Jesucristo, yo no vengo a orar. No
tengo nada que ofrecerte y nada que preguntarte.
Madre, vengo solamente a contemplarte.
Estar junto a ti, María, ahí, donde estás tú.
No decir nada, cantar sólo porque el corazón
está lleno
4Porque tú eres bella, porque eres la Madre de
Jesucristo
Essere insieme con te, Maria, qui, dove sei
tu. Non dire nulla, cantare, solo perché il cuore
è troppo pieno
Porque tú eres la mujer, cuya mirada va directo
al corazón y hace brotar las lágrimas
contenidas.
5Yo soy la sierva del Señor, hágase en mí,
según tu Palabra
6He aquí el momento maravilloso en el que se
unen el cielo y la tierra, en el silencio, sin
clamor.
Intimidad de amor, de comunión profunda de ser
inefable.
7Es el silencio de María. Silencio que se irradia
en cada corazón , como un buen perfume o como
un eco del canto que llega desde la otra orilla.
8El que posee la Palabra del Señor puede escuchar
también su silencio. Él con su Palabra obra en
nosotros, con su silencio hará que nos
conozcamos. (S. Ignacio de Antioquía).
9Mi alma glorifica a María
Mi alma glorifica a María y mi espíritu exulta en
mi Madre, Reina y Maestra.
La misericordia de María se extiende de una a
otra generación, sobre aquellos que la aman y la
buscan.
10La potencia, la sabiduría y el amor de
María salvan a los que son humildes en su
corazón. Atrae a sí a todos los que la
contemplan.
Sacia de bienes a los hambrientos, a los ciegos
da la luz del corazón.
Da al mundo a Jesús Maestro que es el fruto
bendito de su vientre. Él es para nosotros
sabiduría de Dios Justicia, santificación y
redención para siempre.
Amén.
11El Señor nos conceda el silencio y la atención
del amor, la capacidad de acoger la Palabra, y
la fuerza que viene del silencio para poner todo
nuestro ser al servicio de la Palabra de vida.
El Señor nos conceda aquel silencio que es el
eco de su Palabra, y que debe llenar todo el
espacio de nuestro ser libre, de nuestro yo.
12Amén!