Title: III PASCUA B
1Los discÃpulos hemos resucitado.
III domingo de Pascua B- Lucas 24, 35-48
235 Y ellos contaban lo que les habÃa ocurrido
cuando iban de camino y cómo lo habÃan reconocido
al partir el pan. 36 Estaban hablando de ello,
cuando el mismo Jesús se presentó en medio y les
dijoLa paz esté con vosotros.
Los discÃpulos también vivÃan en medio del miedo
y de la duda. Qué falta les hacÃa y que falta
nos hace la Paz de Jesús!!. Si vivimos la Pascua
vivir en la luz, en el amor, en la verdad-
recibiremos su Paz, y con la Paz la alegrÃa y
la confianza.
337 Aterrados y llenos de miedo, creÃan ver un
fantasma. 38 Pero él les dijoDe qué os
asustáis? Por qué surgen dudas en vuestro
interior? 39 Ved mis manos y mis pies soy yo en
persona. Tocadme y convenceos de que un fantasma
no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.
Podemos merecer la queja de Jesús? "por qué os
alarmáis? por qué surgen dudas en vuestro
interior?". En vez de sentir la alegrÃa de la
Pascua, creemos ver fantasmas y nos dejamos
asaltar por la duda y la desilusión?
440 Y dicho esto, les mostró las manos y los pies.
41 Pero como aún se resistÃan a creer por la
alegrÃa y el asombro, les dijoTenéis algo de
comer?42 Ellos le dieron un trozo de pescado
asado. 43 El lo tomó y lo comió delante de ellos.
El Resucitado está hambriento!! Quiere
compartir la mesa y eso supone tiempo compartido,
conversación prolongada, confidencia entre
amigos... Él se puso entero en el pan que
compartió. Nos llama, nos invita a ser pan.
5. 44 Después les dijoCuando aún estaba entre
vosotros ya os dije que era necesario que se
cumpliera todo lo escrito sobre mà en la ley de
Moisés, en los profetas y en los salmos.45
Entonces les abrió la inteligencia para que
comprendieran las Escrituras, 46 y les
dijoEstaba escrito que el MesÃas tenÃa que
morir y resucitar de entre los muertos al tercer
dÃa, 47 y que en su nombre se anunciará a todas
las naciones, comenzando desde Jerusalén, la
conversión y el perdón de los pecados. 48
Vosotros sois testigos de estas cosas.
Los que se saben perdonados, perdonan más
fácilmente. Nos envÃa claramente a una "misión",
a dar testimonio de nuestra fe en la vida. A
seguir haciendo lo que él hizo partirse la
vida, vaciarse hasta la muerte.
6Quiero sentirte Madre y que Tú me llames hija y
saber, cuando me miras, de tu satisfacción y tu
sonrisa. Quiero que tu ternura de Padre por mi
rostro se derrame y convierta cada encuentro en
un enlace de abandono, confianza y risas.
Amén