Title: Diapositiva 1
1La vida de oración
2Todos los momentos son indicados para la
oración. La iglesia propone los siguientes,
destina- dos a alimentar la oración contínua
Oración de la mañana y del atardecer, Oración
antes y después de las comidas, La Liturgia de
las Horas, La Eucaristía dominical, el santo
Rosario y las fiestas del año litúrgico.
3Es necesario a- cordarse de Dios más a
menudo que de respirar ( San Gregorio Nacianceno
).
4La tradición cristiana ha con- servado tres modos
de vivir y expresar la oración la oración
vocal, la meditación y la oración
con- templativa. Su rasgo común es el recogi
miento del corazón.
5La oración vocal asocia el cuerpo a la Oración
interior del corazón. Aún la más íntima de las
oraciones no prescinde del todo de la
oración vocal. Ésta debe brotar siempre de una
fe personal. El Padre Nuestro es la
oración vocal perfecta.
6La meditación es una reflexión orante. Parte
sobre todo de la Palabra de Dios. Hace
intervenir la in- teligencia, la imagi- nación,
la emoción, el deseo, para pro fundizar la fe,
con- vertir el corazón y fortalecer la
volun- tad. Es la etapa preeliminar hacia la
unión de a- mor con el Señor.
7La oración contemplativa es una mirada sencilla
a Dios en el silencio y el amor. Es un don de
Dios, un mo mento de fe pura. El que ora busca
a Cristo y se entrega a lZavoluntad amo- rosa del
Padre.
Recoge su ser bajo la acción del
Espíritu Santo. Santa Teresa de Jesús la define
como una Íntima relación de amistad.
8La oración es un don de la Gracia. Presupone una
respuesta decidida nuestra. El que ora combate
contra sí mismo, contra el am biente y, sobre
todo, con- tra el Tentador. El combate de la
oración es inseparable del progreso de la vida
espiritual se ora como se vive y se vive como se
ora.
9Muchos piensan que no tienen tiempo para orar o
que es inútil orar. Quienes oran pueden
desanimarse fren- te a las dificultades o los
aparentes fra- casos. Para vencer estos
obstáculos son necesa- rias La humildad La
confianza y La perseverancia.
10La dificultad habitual de la oración es la
distracción, que separa de la a- tención de
Dios. Esta distracción podría revelar a
qué estamos apegados. Otras dificultades son La
sequedad y la acedía, que es una pereza
espiritual, debida al relaja miento de la
vigilancia y al descuido de la custodia del
corazón.
11La confianza filial se po- ne a prueba cuando
pen- samos que no somos es cuchados. Debemos
entonces pre guntarnos si Dios es para nosotros
un Padre cuya Voluntad deseamos cum- plir o un
medio para con- seguir lo que queremos.
Unida a la de Jesús nuestra oración, el Padre nos
concede el Espíritu Santo que transforma nuestro
corazón.
12Orar es siempre po- sible. El tiempo del
cris- tiano es el tiempo de Cristo
resucitado. Oración y vida cris- tiana son
insepara- bles.
Es posible, incluso en el mercado o en un paseo
solitario, hacer una frecuente y fervo- rosa
oración. Sentados en vuestra tienda , comprando o
vendiendo o incluso haciendo la cocina ( San
Juan Crisóstomo ).
13Se llama la oración de la Hora de Jesús a la
oración sacerdotal de Éste en la Última Cena.
Jesús, Sumo Sacerdote de la Nueva Alianza, dirige
su oración al Padre cuando le llega la Hora de su
paso a Dios, la Hora de su sacrificio.
14Presentación en POWER-POINT realizada por
Violeta Vázquez para www.oracionesydevociones.in
fo
La vida de oración