GRACIA Y OBRAS, 1 - PowerPoint PPT Presentation

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GRACIA Y OBRAS, 1

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GRACIA Y OBRAS, 1 Gr 52 de 75 La vida eterna tiene car cter de recom-pensa, de premio. El hombre solo no la podr a conseguir. Pero el Se or ha que- – PowerPoint PPT presentation

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Title: GRACIA Y OBRAS, 1


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GRACIA Y OBRAS, 1
Gr 52 de 75
La vida eterna tiene carácter de recom- pensa, de
premio. El hombre solo no la podría conseguir.
Pero el Señor ha que- rido hacer al hombre capaz
de adquirir un verdadero derecho a la recompensa.
Ese derecho lo poseen los que siguen a Cristo,
los que unidos a Él por la fe y el amor, procuran
ser otro Cristo, y por tanto hijos de Dios.
Se llama mérito a ese derecho al premio. Tiene
por objeto tanto la vida eterna, como los dones
de la gracia en el camino de la santi- ficación.
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GRACIA Y OBRAS, 2
Gr 53 de 75
CCE 2006 El término mérito designa en general
la retribución debida por parte de una comunidad
o una sociedad a la acción de uno de sus
miembros, considerada como obra buena u obra
mala, digna de recompensa o de sanción. El mérito
corresponde a la virtud de la justicia conforme
al principio de igualdad que la rige.
El origen del mérito puede ser simplemente
la condición de la persona o sus obras. Una
per- sona merece que se le trate con la
consideración debida merece tener acceso a los
medios indis- pensables para vivir como tal.
Quien desempeña un trabajo merece el sueldo justo.
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GRACIA Y OBRAS, 3
Gr 54 de 75
Ni por la condición personal ni por las obras
se puede hablar de mérito como derecho
estricto ante Dios, pues falta el principio de
igualdad. Entre Él y nosotros, la desigualdad no
tiene medida, porque nosotros lo hemos recibido
todo de Él, nuestro Creador (CCE 2007).
Pero Dios ha dispuesto libremente asociar al
hombre a la obra de su gracia. La acción paternal
de Dios es lo primero, en cuanto que Él impulsa,
y el libre obrar del hombre es lo segundo,
en cuanto que éste colabora, de suerte que los
méritos de las obras buenas deben atribuirse a la
gracia de Dios en primer lugar, y al fiel,
seguidamente (CCE 2008).
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GRACIA Y OBRAS, 4
Gr 55 de 75
El mérito de nuestras obras procede de que somos
hijos de Dios, y por tanto se realizan en el
ámbito de la intimidad con Él. La gracia ha
precedido ahora se da lo que es debido (...).
Los méritos son dones de Dios (San Agustín,
Sermón 298).
CCE 2011 La gracia, uniéndonos a Cristo con un
amor activo, asegura el carácter sobrenatural de
nuestros actos y, por consiguiente, su
mérito tanto ante Dios como ante los hombres.
Los santos han tenido siempre conciencia viva
de que sus méritos eran pura gracia.
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GRACIA Y OBRAS, 5
Gr 56 de 75
El hombre justificado merece por sus buenas
obras el aumento de la gracia santificante, la
vida eterna, y el aumento de la gloria.
La gracia santificante, en cuanto participación
en la vida divina, no puede aumentar por otro
procedimiento que el de la libre deci- sión
divina, que quiere darse más al alma si ésta
corresponde a las gracias previas.
Cuando hacemos, movidos por la gracia, un acto de
fe o de amor, merecemos un aumento de las
virtudes sobrenaturales y de los dones del
Espíritu Santo, y Dios nos lo concede.
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GRACIA Y OBRAS, 6
Gr 57 de 75
La gracia es la incoación de la gloria. La vida
eterna es recompensa definitiva para quienes
llegan al momento de la muerte en gracia de Dios.
Se puede merecer también el aumento de gloria
existen diversos grados de gloria.
CCE 2010 Los mismos bienes temporales, como la
salud, la amistad, pueden ser merecidos según la
sabiduría de Dios. Estas gracias y bie- nes son
objeto de la oración cristiana, la cual provee a
nuestra necesidad de la gracia para las acciones
meritorias. Se pueden también mere- cer a favor
de los demás las gracias útiles para su
conversión y santificación.
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GRACIA Y OBRAS, 7
Gr 58 de 75
Requisitos para merecer a) vida tempo- ral (el
tiempo de merecer termina con la muerte) b)
acción libre y buena c) estado de gracia (obrar
en todo por amor a Dios).
Ser sobrenaturalmente bueno es mucho más que ser
humanamente bueno, pero lo incluye. La gracia no
actúa de espaldas a la realidad física,
psicológica y moral de la persona.
Dios nos quiere muy humanos (...). El precio de
vivir en cristiano no es dejar de ser hombres o
abdicar del esfuerzo por adquirir esas virtudes
que algunos tienen, aun sin conocer a Cristo
(...), que es perfectus Deus, perfectus homo
(San Josemaría, Amigos de Dios 75).
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GRACIA Y OBRAS, 8
Gr 59 de 75
CCE 1804 Las virtudes humanas son actitudes
firmes, disposicio- nes estables, perfecciones
habituales del entendimiento y de la vo- luntad
que regulan nuestros actos, ordenan nuestras
pasiones y guían nuestra conducta según la razón
y la fe. Proporcionan facili- dad, dominio y gozo
para llevar una vida moralmente buena. El hombre
virtuoso es el que practica libremente el bien.
(...) Se adquieren mediante las fuerzas humanas.
Las virtudes humanas son el fundamento de
las sobrenaturales. Por otra parte, las
sobrenaturales, que se difunden con la gracia en
el alma, purifi- can y elevan las humanas les
dan arraigo y faci- litan su adquisición y
desarrollo.
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GRACIA Y OBRAS, 9
Gr 60 de 75
Por una parte, la madurez humana supone la
con- junción de madurez en el entendimiento
(capacidad de juicio), en la voluntad (tomar
decisiones y per- severancia) y en los afectos
(estabilidad de ánimo).
Por otra parte, la madurez humana se eleva a
madu- rez sobrenatural por la gracia.
La gracia, por la virtud de la fe eleva al
entendimiento a una com- prensión sobrenatural de
Dios, que se extiende de un modo u otro a todas
las cosas. Eleva la voluntad (principalmente por
la caridad) a querer conforme a la Voluntad
divina. Perfecciona los afectos, para hacer
posible llegar a tener los mismos sentimientos
del Señor.
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