Title: GLORIFICACI
1GLORIFICACIÓN, 1
CR2 40 de 55
Para el racionalismo sólo son históricos
aquellos sucesos cuyas causas y efectos son
intramundanos y comprobables por la
expe- riencia. Por eso según la crítica
histórica, en la mente de los discí- pulos poco a
poco se fue abriendo la creencia de la
resurrección, que realmente nunca aconteció fue
la fe en Jesús la que creó la idea de la
resurrección.
Otros autores, aun aceptando la verdad de la
Resurrección, la califican como aconte- cimiento
ahistórico o metahistórico y no histórico.
Riesgo de negarla, por- que en el lenguaje usual,
lo que no es his- tórico no se puede decir que
haya ocurri- do verdaderamente.
2GLORIFICACIÓN, 2
CR2 41 de 55
La Escritura insiste de muchas formas en la
realidad de la Resu- rrección (ej. Lc 24, 34
El Señor ha resucitado realmente y se ha
aparecido a Simón!). La Tradición repite que
Jesús resucitó verdaderamente. Es un
acontecimiento real verificado en un marco
preciso de lugar y tiempo, con manifestaciones
histórica- mente comprobadas por testigos fiables
que nos lo transmitieron.
Signos suficientes como para poder afirmar que
verdaderamente sucedió el sepulcro vacío y la
comprobación por las apariciones de Jesús
resucitado.
Goza al menos de la misma historicidad que
cualquier otro suceso real acaecido en el pasado.
3GLORIFICACIÓN, 3
CR2 42 de 55
CCE 643 Ante estos testimonios es imposible
interpretar la Re- surrección de Cristo fuera del
orden físico, y no reconocerla co- mo un hecho
histórico. Sabemos por los hechos que la fe de
los discípulos fue sometida a la prueba radical
de la pasión y muerte en cruz de su Maestro
(...). Los evangelios, lejos de mostrarnos una
comunidad arrobada por una exaltación mística,
nos presentan a los discípulos abatidos (la cara
sombría Lc 24, 17) y asustados. Por eso no
creyeron a las santas mujeres que regresaban del
sepulcro y sus palabras les parecían como
desatinos (Lc 24, 11). Cuando Je- sús se
manifiesta a los once en la tarde de Pascua, les
echó en cara su incredulidad y su dureza de
cabeza por no haber creído a quienes le habían
visto resucitado (Mc 16, 14). CCE 644 Muy al
contra- rio, su fe en la Resurrección nació -bajo
la acción de la gracia divi- na- de la
experiencia directa de la realidad de Jesús
resucitado.
4GLORIFICACIÓN, 4
CR2 43 de 55
Acontecimiento histórico demostrable por la
señal del sepulcro vacío y por la realidad de los
encuentros de los Apóstoles con Cris- to
resucitado, no por ello la Resurrección pertenece
menos al centro del Misterio de la fe en aquello
que trasciende y sobrepasa a la historia (CCE
647).
La Resurrección es objeto de fe en cuanto 1)
intervención trascen- dente de Dios mismo en la
historia es obra de la Santísima Trini- dad 2)
glorificación de Cristo (perfecta participación
de su huma- nidad en la vida divina) 3) al
sentido y valor salvífico que tiene para nosotros
(Cristo resucitado es nuestro Salvador que nos
libra del pecado y nos comunica la vida de Dios).
5GLORIFICACIÓN, 5
CR2 44 de 55
Según las Escrituras, el Padre resucita a Jesús
(ej. Hch 2, 24), el Hijo resucita por su
propia virtud y poder (ej. Jn 10, 17-18), el
Espíritu Santo resucita a Jesús (ej. Rom 8, 11).
Es una obra de la omnipotencia divina común a
las tres divinas Personas de la Santísima
Trinidad (ej. 2 Cor 13, 4).
La Resurrección de Cristo no es una vuelta a la
vida terrena, sino un paso a otra vida más allá
del tiempo y del espacio. Su cuerpo es glorioso
es al mismo tiempo auténtico (material) y
espiritual. Puede aparecer donde, cuando y como
quiere (propiedades de agilidad y sutileza) es
glorioso e incorruptible e inmortal
(pro- piedades de gloria e impasibilidad).
6GLORIFICACIÓN, 6
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La Resurrección de Jesús es la verdad culminante
de nuestra fe en Cristo, creída y vivida por la
primera comunidad cristiana como verdad central,
transmitida como fundamental por la
Tradición, establecida en los documentos del
Nuevo Testamento, predicada como parte esencial
del Misterio Pascual al mismo tiempo que la Cruz
(CCE 638).
La Resurrección de Cristo revela su divinidad
(pero hace falta la fe para captar y confesarla
pues en sus apariciones la divinidad no es
visible). Revela tam- bién que Cristo es el
Salvador del mundo aunque desde su Encarnación
Jesús era el Hijo de Dios y el Mesías, en su
Resurrección se manifestó su condi- ción de
Salvador poderoso de todos los que creen en Él.
7GLORIFICACIÓN, 7
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La Resurrección de Cristo confirma la veracidad
de su doctrina. Es la señal de Jonás (Mt 12,
38), el Templo reconstruido en tres días
(hablaba del santuario de su cuerpo (Jn 2,
20-21)). Los judíos entendieron el significado de
sus palabras pusieron custodia en el sepulcro y
lo sellaron (cfr. Mt 27, 62-66).
La Resurrección de Cristo es principio y causa de
nuestra resurrección futura. Es también principio
de nuestra resu- rrección espiritual, la fuente
de la nue- va vida del alma.
La gracia que nos libera del pecado y nos hace
justos proviene del Resucitado es participación
de la vida divina, nos hace hijos de Dios.
8GLORIFICACIÓN, 8
CR2 47 de 55
La Ascensión del Señor es un acontecimiento a la
vez histórico y trascendente.
Con la Ascensión se completa la manifestación de
la gloria de Cristo comenzada con su
Re- surrección.
Jesucristo, Cabeza de la Iglesia, nos precede
con su Ascensión nos ha abierto el acceso a la
vida y a la felicidad de Dios en el cielo.
Jesucristo, Sacerdote de la nueva y eterna
Alianza, en el cielo in- tercede sin cesar por
nosotros. Constituido Señor con poder a
la derecha del Padre, nos comunica los dones
divinos por la acción del Espíritu Santo.
9GLORIFICACIÓN, 9
CR2 48 de 55
La versión griega del AT (LXX) tradujo el
nombre de Yahvé con el cual Dios se reveló a
Moisés (Ex 3, 14) por Kyrios (Señor). Desde
entonces fue el nombre más habitual para designar
a Dios.
El NT utiliza el título Señor para Jesús
expresa así la divinidad de Cristo.
La acción de sentarse a la derecha del Padre
significa la entroniza- ción de Jesús como Rey y
la inauguración de su reinado. Es Rey desde su
Encarnación (cfr. Lc 1, 33 Jn 18, 33-37), pero
también por habernos rescatado al precio de su
sangre, y se manifiesta co- mo Rey de reyes y
Señor de señores a partir de su glorificación.
Su reino es sobrenatural, eterno, no tendrá fin.
Su reinado es universal..