Title: EL PECADO ORIGINAL, 1
1EL PECADO ORIGINAL, 1
CRE 75 de 83
Gn 3, 4 La serpiente dijo a la mujer No
moriréis en modo alguno es que Dios sabe que el
día que comáis de él se os abrirán los ojos
y seréis como Dios, conocedores del bien y del
mal.
Dios había recordado a Adán y Eva el peligro de
la desobediencia (si coméis del fruto,
moriréis) no porque quisiera el castigo de los
hombres, sino para prevenirles del camino que se
abre fuera de la unión con Dios.
El tentador les ofrece una divini- zación falsa
por no tener en cuen- ta la Ley y el Amor de Dios
para ellos. Es padre de la mentira (Jn 8, 44).
2EL PECADO ORIGINAL, 2
CRE 76 de 83
El hombre tiene en su libertad el destino de sus
pasos, y puede de- cidir en cada instante si se
dirige a la meta querida por Dios o si prefiere
darle la espalda. Es el mysterium iniquitatis
(2 Ts 2, 7).
San Josemaría, Es Cristo que pasa 6 los
ojos del alma se embotan la razón se cree
autosufi- ciente para entender todo,
prescindiendo de Dios. Es una tentación sutil,
que se ampara en la digni- dad de la
inteligencia, que nuestro Padre Dios ha dado al
hombre para que lo conozca y lo ame li- bremente.
Arrastrada por esa tentación, la inteli- gencia
humana se considera el centro del Univer- so, se
entusiasma de nuevo por el seréis como dioses
y, al llenarse de amor por sí misma, vuelve la
espalda al amor de Dios.
3EL PECADO ORIGINAL, 3
CRE 77 de 83
Gn 3, 7-8 Entonces se les abrieron los ojos
y conocieron que estaban desnudos
entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron. Y
cuando oyeron la voz del Señor Dios que se
paseaba por el jardín a la hora de la brisa, el
hombre y la mu- jer se ocultaron de la presencia
del Señor Dios entre los árboles del jardín.
Empezaron a ver (visión, inteligencia y voluntad)
con la perspecti- va de la malicia, del amor
propio desordenado. Sus cuerpos, hasta el momento
perfectamente sujetos al alma, comienzan a
solicitar un papel que desborda la capacidad de
dominio presente en su cora- zón (se ciñen). No
sólo están alteradas las relaciones entre ellos,
sino las relaciones con los seres creados y con
Dios, que no les dejó aban- donados.
4EL PECADO ORIGINAL, 4
CRE 78 de 83
CCE 404 responde a la pregunta Cómo el pecado
de Adán vino a ser el pecado de todos sus
descendientes?.
Todo el género humano es en Adán como el cuerpo
único de un único hombre (Santo Tomás, De malo
4, 1, c). Por esta unidad del género humano,
todos los hombres están implicados en el peca- do
de Adán, como todos están implicados en la
justicia de Cristo.
Sin embargo, la transmisión del pecado original
es un misterio que no podemos comprender
plenamente. Pero sabemos por la re- velación que
Adán había recibido la santidad y la justicia
origina- les no para él solo sino para toda la
naturaleza humana cedien- do al tentador, Adán y
Eva cometen un pecado personal, pero este pecado
afecta la naturaleza humana, que transmitirán en
un estado caído.
5EL PECADO ORIGINAL, 5
CRE 79 de 83
CCE 404 sigue
Es un pecado que será transmitido por
propagación a toda la humani- dad, es decir, por
la transmisión de una naturaleza humana privada
de la santidad y de la justicia originales.
El pecado original es llamado pecado de manera
análoga es un pecado contraído, no cometido,
un estado y no un acto.
6EL PECADO ORIGINAL, 6
CRE 80 de 83
Aunque propio de cada uno, el pecado original no
tiene, en ningún descendiente de Adán, un
carácter de falta personal. Es la privación de la
santidad y de la justicia originales, pero
la naturaleza humana no está totalmente
corrompida (CCE 405).
La naturaleza humana quedó herida por el pecado
original. Concretamente están heridos la
inteligencia (ignorancia), la voluntad (malicia),
el ape- tito irascible (debilidad) y el apetito
concupiscible (con- cupiscencia).
7EL PECADO ORIGINAL, 7
CRE 81 de 83
El Bautismo, dando la vida de la gra- cia de
Cristo, borra el pecado origi- nal y devuelve el
hombre a Dios, pero las consecuencias para la
naturaleza, debilitada e inclinada al mal,
persisten en el hombre y lo llaman al
combate espiritual (CCE 405).
El influjo del mal que comienza con el pecado
original no se reduce a la esfera personal del
individuo. Después del pecado, el mundo todo
entero yace en poder del maligno (1 Jn 5, 19).
Esta situación dramática hace de la vida del
hombre un combate (CCE 409).
8EL PECADO ORIGINAL, 8
CRE 82 de 83
A través de toda la historia del hom- bre se
extiende una dura batalla con- tra los poderes de
las tinieblas que, iniciada ya desde el origen
del mundo, durará hasta el último día, según
dice el Señor. Inserto en esta lucha, el hombre
debe combatir continuamente para adherirse al
bien, y no sin gran- des trabajos, con la ayuda
de la gracia de Dios, es capaz de lograr la
unidad en sí mismo (Gaudium et spes 37).
9EL PECADO ORIGINAL, 9
CRE 83 de 83
San Josemaría, Es Cristo que pasa 73 Cristo,
que es nuestra paz, es también el Camino. Si
queremos la paz, hemos de seguir sus pasos.
La paz es consecuencia de la guerra, de la lucha,
de esa lucha ascética, ínti- ma, que cada
cristiano debe soste- ner contra todo lo que, en
su vida, no es de Dios contra la soberbia,
el egoísmo, la superficialidad, la estre- chez de
corazón.