Title: SALMO 139
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2Tú ERES MI REFUGIO
SALMO 139
3Este Salmo es una súplica al Señor, defensor de
los pobres (v. 13), contra la calumnia y la
opresión.
Luego de evocar con expresivas imágenes la
violencia y la maldad de sus perseguidores (vs.
3-6), el salmista dirige contra ellos una severa
imprecación (vs. 9-12). La súplica está
acompañada de una profesión de inquebran-table
confianza (vs. 7-8), fundada en la certeza de que
Dios es justo y hace valer el derecho de los
oprimidos (vs. 13-14).
4 El presente salmo es atribuido al rey David.
Nos sobrecoge su actitud orante y confiada. Sus
enemigos, en especial Saúl, se ceban en él, por
lo que acude a Yavé para que sea su auxilio y su
escudo Señor, sálvame del hombre perverso,
líbrame del hombre violento. En su corazón
planean el mal, y provocan peleas todo el día.
Afilan su lengua como serpientes, y bajo sus
labios hay veneno de víboras.
Como todos los salmos, también este es
mesiánico, tiene su cumplimiento en Jesucristo.
Nos llama poderosamente la atención que si, por
una parte, David afirmó de Dios que él cubría su
cabeza en sus batallas, por otra, contemplamos a
Jesús, en su combate contra todo tipo de mal,
abatido y, además, también con su cabeza
cubierta... con una ignominiosa corona de
espinas. Parece como si Yavé le hubiese
abandonado a su suerte en la misión que le confió.
En este combate que libramos a lo largo de
nuestra vida, el Señor Jesús es nuestro escudo,
nuestra espada, nuestro yelmo de salvación, el
que cubre y protege nuestra cabeza en cada
enfrentamiento que hacemos contra el poder de
Satanás. Así nos lo atestigua el apóstol san
Pablo En pie!, pues ceñida vuestra cintura
con la verdad y revestidos de la justicia como
coraza, calzados los pies con el celo por el
evangelio de la paz. (Ef 6, 14)
5Líbrame, Señor, del malvado,guárdame del hombre
violentoque planean maldades en su corazóny
todo el día provocan contiendasafilan sus
lenguas como serpientes,con veneno de víboras en
los labios.
6Defiéndeme, Señor, de la mano perversa,guárdame
de los hombres violentos,que preparan
zancadillas a mis pasos.Los soberbios me
esconden trampaslos perversos me tienden una
redy por el camino me colocan lazos.
7Pero yo digo al Señor "Tú eres mi Dios"Señor,
atiende a mis gritos de socorroSeñor Dios, mi
fuerte salvador,que cubres mi cabeza el día de
la batalla.
8Señor, no le concedas sus deseos al malvado,no
des éxito a sus proyectos.Yo sé que el Señor
hace justicia al afligidoy defiende el derecho
del pobre.
9Los justos alabarán tu nombre,los honrados
habitarán en tu presencia.
10JUSTICIA PARA LOS OPRIMIDOS
Yo sé que el Señor hace justicia al afligido y
defiende el derecho del pobre.
Renuevo mi fe en tu justicia, Señor, en medio de
un mundo en el que tu justicia parece brillar por
su ausencia. Lo he intentado todo oración y
acción, palabras y escritos, persuasión y
revolución, y nada ha resultado. La injusticia
sigue dominando al mundo.
No puedo resignarme a quedarme sentado y que las
cosas sean como son. Tampoco puedo cambiar nada,
a pesar de todos mis esfuerzos. Deseo con toda mi
alma que triunfe la justicia, y veo triunfar a la
injusticia por todos lados. Creo en un Dios
justo, mientras vivo en una sociedad injusta. Eso
me hace sufrir, Señor, y quiero que lo sepas.
Ya sé que tus puntos de vista son diferentes de
los míos, que tú ves lo que yo no veo, que tu
tiempo se mide en eternidad. Pero mi vida en este
mundo no es eterna, Señor, y espero ver al menos
algún destello de tu justicia mientras camino por
la tierra.
Quiero unirme de corazón al sufrimiento de mis
hermanos y hermanas para recordarte, en unidad de
existencia y de fe, la agonía diaria de tu pueblo
en la tierra.
11Dios nuestro, damos fuerza a todos los cristianos
para saber mantener un testimonio de amor en este
mundo de guerra y odio que nunca pueda acusarse
a tu iglesia de favorecer la opresión de los
pobres y humildes. Por Jesucristo, nuestro Señor.