Title: 17 domingo Tiempo Ordinario -B-
1Jesús nos acoge con gusto a su mesa, y es un
gusto para Él que le invitemos a la
nuestra. Jesús no excomulga a nadie.
Juan 6, 1-1517 domingo Tiempo Ordinario B-30
de julio de 2006
21 Algún tiempo después, Jesús pasó al otro lado
del lago de TiberÃades. 2 Lo seguÃa mucha gente,
porque veÃan los signos que hacÃa con los
enfermos. 3 Jesús subió a un monte y se sentó
allà con sus discÃpulos. 4 Estaba próxima la
fiesta judÃa de la pascua.
Hasta ahora Ãbamos haciendo la lectura continuada
de Marcos. La interrumpimos, para leer el
capÃtulo sexto de Juan prácticamente entero,
hasta el domingo 21º. La razón es que en los tres
ciclos A, B y C, se leen los tres evangelios
sinópticos, pero no se lee el de Juan. Se recurre
a él en algunas ocasiones, cuando parece que
expresa mejor que los otros algún aspecto
importante. Éste es el caso. El evangelio de
Marcos llegaba a la multiplicación de los panes y
los peces, este episodio está en Juan más
desarrollado, ofrece todo un tratado teológico,
que se ha llamado el discurso del pan de vida y
que iremos leyendo en los próximos domingos.
Los cinco domingos en que se leerá este capÃtulo
de Juan tienen una estructura que conviene tener
en cuenta el milagro de los panes (domingo 17),
el diálogo sobre el maná del desierto (domingo
18), qué significa "creer" en Jesús (domingo 19),
qué significa "comer" a Jesús (domingo 20) y
finalmente las reacciones de sus oyentes y de sus
discÃpulos (domingo 21).
35 Al ver aquella muchedumbre, Jesús dijo a
FelipeDónde podrÃamos comprar pan para dar de
comer a todos éstos?6 Dijo esto para ver su
reacción, pues él ya sabÃa lo que iba a hacer
Jesús controla toda la situación.Toma la
iniciativa en todo momento. Se adelanta a la
necesidad de pan material, y del Pan de la
Palabra, antes de que se lo pidan.
47 Felipe le contestóCon doscientos denarios no
comprarÃamos bastante para que a cada uno de
ellos le alcanzase un poco.8 Entonces intervino
otro de sus discÃpulos, Andrés, el hermano de
Simón Pedro, diciendo9 Aquà hay un muchacho
que tiene cinco panes de cebada y dos peces pero
qué es esto para tanta gente?
El problema no se soluciona comprando, sino
compartiendo. Dios hace crecer y fructificar lo
que nosotros aportamos, aunque aparentemente sea
insuficiente.
510 Jesús mandó que se sentaran todos, pues habÃa
mucha hierba en aquel lugar. Eran unos cinco mil
hombres. 11 Luego tomó los panes, y después de
haber dado gracias a Dios, los distribuyó entre
todos. Hizo lo mismo con los peces y les dio todo
lo que quisieron.
Además de la multiplicación de la comida, el
milagro es lo que ocurre en el interior de las
personas se sintieron interpeladas por la
palabra de Jesús y, olvidando el egoÃsmo,
compartió cada uno lo que tenÃa, y se
maravillaron viendo que el alimento se multiplicó
y sobró. Con qué pan alimento yo mi vida el
del afán de dinero, o de fama, o de comodidad o
con el pan del servicio?
612 Cuando quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus
discÃpulosRecoged lo que ha sobrado, para que
no se pierda nada.13 Lo hicieron asÃ, y con lo
que sobró de los cinco panes llenaron doce
cestos.
Si compartiéramos lo que tenemos, habrÃa
suficiente para todos. Para que coman todos es
necesario compartir lo que hay, que es de todos y
para todos.
714 Cuando la gente vio aquel signo,
exclamóEste hombre tiene que ser el profeta
que debÃa venir al mundo.15 Jesús se dio cuenta
de que pretendÃan proclamarlo rey. Entonces se
retiró de nuevo al monte, él sólo.
Toda la gente está dispuesta a aclamar a Jesús
como MesÃas. A lo que no está tan dispuesta es a
cambiar su imagen de MesÃas, a admitir que no va
a ser el Rey que esperan. Jesús nos invita a una
revisión profunda de su estilo y nuestro
estilo, sus valores y los nuestros. Seguirle es
abandonar falsas seguridades, dejarnos
transformar por él.
8Gracias por el sentido del gusto, por mis gustos
concretos y los sabores que puedo distinguir, y
tengo la suerte de probar. Gracias por la comida
compartida, por tu Palabra narrada como Buena
Noticia en torno a la mesa. No dejes que la
lengua se me vuelva amnésica, no dejes que me
sacie y me harte. Acompáñame en las tentaciones
consumistas e insolidarias. Enséñame a
compartir. Enséñame a mirar mis recursos con
cariño y esperanza, y a confiar en su capacidad
multiplicadora,
Amén