Amigo

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pedro martínez borrego
Amigo
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I
Qué paz, Amigo mío, qué libertad!
Qué sosiego en mi fracaso y cómo me ha
liberado mi derrota! Antes
cuando quise contar las horas y modelar mi
destino, mi orgullo me impedía ver tu rostro y
mis oídos tapados eran sordos a tu voz.
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Ciego andaba en la oscuridad pidiéndote que
vinieras, cuando a ti debería ir yo.
Pero al fin, disipaste las tinieblas y me
echaste al sendero abierto. Y no
pude resistir tu voluntad!
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II
Señor, aún no he apurado mi copa hasta sus
últimas heces!
Y aunque no todo ha concluido, vengo a tí.
A tí, vacías mis manos y henchido el corazón.
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En él te ofrezco todos mis dolores y mis
alegrías, todos mis aciertos y todos mis
fracasos, todos mis deseos y todos mis desmayos.
En él, como dádiva de arcilla
amasada con mis suspiros y mis llantos.
Tómalo, Amigo, con mi alborozado encanto!
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III
Acaso me será fácil dejar mi morada que tantos
años ha derrochado sus gozos y la quietud de sus
calmas? Acaso me será fácil
olvidar el rumor de las praderas y acallar el
susurro de mi callada esperanza? A
ti quiero ir, Señor y aunque ya las hojas secas
giran en la tierra, podré acudir con la sonrisa
en mis labios?.
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IV
De día estuve, silencioso, en mi rincón.
Me rodearon gentes que gritaban, pero
no escuché tu voz. Ahora, solitario, oigo
palpitantes las estrellas de la noche y escucho
tu llamada de alegría en mi corazón.
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V
Déjame, Señor, rozar tu corona ensangrentada!
Si las espinas cubren tu cabeza, deja que tu
amor descanse en mis soledades. Deja que tu amor
ilumine mis silencios. Deja que
tu amor incendie mi voluntad y tu pasión acoja
mis desganas. Deja que tu amor se pose
en mi esperanza cuando roce tu frente, y sofoque
el dolor de mi alma.
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VI
Aún rotas ya mis ataduras y mis deudas
satisfechas, balbuceo palabras de temor.
Bien por mal devolví, no negué
mi manto a quién lo tomó y puse la mejilla al que
me había herido. Y todavía te daría más,
Señor!
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No sea yo tan cobarde que quiera tu misericordia
en mi fracaso y tu libertad en mi derrota!
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VII
Viniste a mí, Amigo, con el último aleteo del sol
poniente. Entorné mis ojos, se
cerraron mis oídos y plácidamente se hizo la
oscuridad.
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En mi despertar tu resplandor sin mancha se alzó
desde la eternidad y me elevó a tu presencia
infinita. Allí, cogido
de la mano, me abrazaste sentado junto a ti!
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VIII
Se acerca el final de mi jornada, pero déjame
Señor, que siga amándote! Sembré mis campos y
se malograron mis cosechas, pero déjame Señor,
que siga amándote! Canté al fulgor de
todas las estrellas, y el cielo se veló de negros
nubarrones, pero déjame Señor, que siga amándote!
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Pinté la mar en calma, y el silencio del azul se
trasformó en tormenta, pero déjame Señor, que
siga amándote! Déjame,
Señor, que siga amándote cuando roto el corazón
vaya a tu encuentro!
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IX
Compañeros del camino, cómo me habéis amado!
Me disteis la fragancia en primavera y la quietud
de mis horas otoñales. Me disteis el
sagrado pan para mi cuerpo y la esperanza
luminosa de mi alma.
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Me disteis la paz de las mañanas y el silencio de
mis noches claras. Me disteis el
mágico sentido de mi vida y la triste canción de
despedida. Y ahora, que
os habéis marchado, veo sobre el polvo del
camino las pisadas de mi Dios!
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X
Acógeme, Amigo, con la paz en tu mirada.
Muchos van alborozados tras los fuegos de
artificios. Pero yo,
calladamente, contemplo las estrellas de la magia
en las noches blancas, porque al final del
camino estás tú!
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XI
Cómo pagar todo lo que te debo, Señor?
Mi día ya tiene ocaso y la noche se
detendrá en mi ventana.
Pero mis ojos se abrirán con una sorpresa de
luces, porque allí estarás tú!
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Amigo Texto Pedro Martínez Borrego. Imagen
Internet. Tema musical Secrets of my heart
Ernesto Cortazar. .
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(No Transcript)