Title: Diapositiva 1
1La visita inesperada
2En mi tierra, perdido entre los montes, hay un
pueblo, ni demasiado grande, ni demasiado
pequeño.
3No hace mucho, al zapatero del pueblo le
sucedió algo realmente curioso. Te lo
cuento. Sabrías decirme, luego, si fue un sueño
o una realidad?
4Mientras oraba, Juan el zapatero recibió una
buena noticia de parte de un personaje
misterioso
Juan, tu vida es agradable a Dios. Te anuncio
que hoy el Señor Jesús te visitará.
5El zapatero, lleno de alegría, empezó por barrer
y ordenar su tienda sin dejar de lado el
trabajo del día. Al preparar la comida, hizo
algo más que de costumbre. Para Juan, el buen
zapatero, aquel era un día de fiesta incluso se
puso su mejor jersey.
6De repente, entró en su tienda una mujer que
tenía mala fama en el pueblo y en los
alrededores.
El zapatero la recibió y charló con ella, pero
pensaba
Ay de mí si viene Jesús en este momento y me
encuentra con esta pobre mujer no podré
recibirlo a él como es debido!
7Sin embargo, Juan no le metió prisa para que se
marchara a su casa. Al fin se quedó otra vez
solo y seguía trabajando ilusionado en espera
del momento deseado. Su imaginación volaba como
nunca en su cabeza y no cesaba de
preguntarse Cómo será Jesús?
8Mientras pensaba en todo esto, no se dio cuenta
de que habían entrado nuevos visitantes en la
tienda
Buenos días, Juan le saludó una mujer que
llevaba de la mano un niño pequeño.
Ay, qué susto! Pensaba que eras otra persona.
Veo que hoy vienes con tu pequeño. Está flaco
este chico. Toma una manzana. Le aprovechará a él
más que a mí.
Gracias, señor Juan le dijo el niño.
9Aquel día, tanto el niño como su madre salieron
con una manzana y dos pares de zapatos nuevos. Y
mientras el chico y su madre, necesitados de
cariño más que de otra cosa, se alejaban por las
calles del pueblo, el zapatero quedaba en su
tienda, deseoso, y aún anhelando la anunciada
visita.
10Pero la visita de Cristo parecía imposible que
llegara en la jornada del zapatero, pues de
nuevo la puerta de la calle se abrió con
estruendo
y apareció un hombre, más lleno de vino que de
cordura
11No tienes un vaso de aguardiente, hermano? le
dijo el visitante. Hace tantos días que solo
bebo vino que ahora tengo sed de agua ardiente y
estalló en carcajadas. Ven, ven, siéntate. Lo
que sí tengo es una jarra de agua fresca para que
te remojes la cara, y comida que nos vamos a
repartir.
Hala, entra
12El zapatero compartió la frugal comida con el
borracho y los dos hablaron y rieron un buen
rato, aunque de distinta manera. El borracho
salió de aquella casa con ganas de tomarse la
vida con algo más de valor.
13Pasaron las horas, llegó el ocaso del sol y Juan
no tuvo más visitantes aquel día. Llegó la hora
de cerrar la puerta de su tienda y la visita
esperada no se había presentado.
En su oración, Juan, el zapatero, dijo Señor,
cómo es que no has venido? Yo te Esperaba.
14Mas, sintió una gran alegría cuando aquella noche
volvió a leer el texto del evangelio de san
Mateo que decía
Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis
humildes hermanos, a mí me lo hicisteis