Title: Diapositiva 1
1El sacramento de la Penitencia, o Reconciliación,
o Confesión, es el sacramento instituido por
Nuestro Señor Jesucristo para borrar los pecados
cometidos después del Bautismo. Es, por
consiguiente, el sacramento de nuestra curación
espiritual, llamado también sacramento de la
conversión, porque realiza sacramentalmente
nuestro retorno a los brazos del padre después de
que nos hemos alejado con el pecado.
Sólo Dios perdona los pecados (cf Mc 2,7). Porque
Jesús es el Hijo de Dios, dice de sí mismo "El
Hijo del hombre tiene poder de perdonar los
pecados en la tierra" (Mc 2,10) y ejerce ese
poder divino "Tus pecados están perdonados" (Mc
2,5 Lc 7,48). Más aún, en virtud de su autoridad
divina, Jesús confiere este poder a los hombres
(cf Jn 20,21-23) para que lo ejerzan en su nombre.
Padre Marcelo Rivas S.
Saberse perdonado es brillar en misericordia
2Cristo quiso que toda su Iglesia, tanto en su
oración como en su vida y su obra, fuera el signo
y el instrumento del perdón y de la
reconciliación que nos adquirió al precio de su
sangre. Sin embargo, confió el ejercicio del
poder de absolución al ministerio apostólico, que
está encargado del "ministerio de la
reconciliación" (2 Cor 5,18). El apóstol es
enviado "en nombre de Cristo", y "es Dios mismo"
quien, a través de él, exhorta y suplica "Dejaos
reconciliar con Dios" (2 Co 5,20).
Al cometer pecado grave, todos, sin excepción,
deben confesarse.
Qué se requiere para hacer una buena
confesión? Para hacer una buena confesión se
necesita hacer un cuidadoso examen de
conciencia, tener dolor de los pecados cometidos
y firme propósito de no cometerlos más
(contrición o atrición), decir los otros pecados
al sacerdote (confesión), y cumplir la penitencia
(satisfacción)
Es posible obtener el perdón de los pecados
mortales sin la confesión? Después del Bautismo
no es posible obtener el perdón de los pecados
mortales sin la Confesión.
.Penitencia Mt. 18, 18 Jn. 20, 23.
Saberse perdonado es brillar en misericordia
3El examen de conciencia es la diligente búsqueda
de los pecados cometidos después de la última
Confesión bien hecha. El dolor de los pecados es
el sincero pesar y la repulsa de los pecados
cometidos. El dolor es de dos tipos dolor
perfecto (o contrición) y dolor imperfecto (o
atrición).
Para la validez de la confesión es suficiente
arrepentirse de todos los pecados mortales, mas
para el progreso espiritual es necesario
arrepentirse también de los pecados veniales. El
arrepentimiento ciertamente mira hacia el pasado,
pero implica necesariamente un empeño hacia el
futuro con la firme voluntad de no cometer jamás
el pecado.
La confesión es la manifestación humilde y
sincera de los propios pecados al sacerdote
confesor.
Estamos obligados a confesar todos y cada uno de
los pecados graves, o mortales, cometidos después
de la última confesión bien hecha.
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4Las faltas objetivamente mortales más frecuentes
son (siguiendo el orden de los mandamientos)
practicar de cualquier modo la magia blasfemar
perder la Misa los domingos sin un grave motivo
tratar mal de manera grave a los propios padres o
superiores matar o herir gravemente a una
persona inocente procurar directamente el
aborto buscar el placer sexual en solitario o
con otras personas que no sean el propio cónyuge
para los cónyuges impedir la concepción en el
acto conyugal robar una suma revelante, incluso
sustrayéndose en el trabajo murmurar gravemente
del prójimo o calumniarlo cultivar
voluntariamente pensamientos o deseos impuros
faltar gravemente el propio deber acercarse a la
Sagrada Comunión en estado de pecado mortal
callar voluntariamente un pecado grave en la
confesión.
Si uno olvida un pecado mortal obtiene igualmente
el perdón, pero en la confesión siguiente debe
confesar el pecado olvidado.
Si uno, por vergüenza o por otros motivos, calla
un pecado mortal, no sólo no obtiene ningún
perdón, sino que comete un nuevo pecado de
sacrilegio, el de profanación de una cosa
sagrada.
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5La confesión es un derecho y un deber. Derecho de
todo cristiano que necesita ser escuchado,
aconsejado y perdonado. Es un deber de cada
sacerdote que expresa con este sacramento el amor
de Dios en su infinita misericordia.
El confesor debe dar siempre la absolución si el
penitente está bien dispuesto, es decir, si está
sinceramente arrepentido de todos sus pecados
mortales.
- Son muchos los que se niegan a confesar
repitiendo lo siguiente - Quien confiesa es un hombre como todos. Lo más
grande de este sacramento es el regalo
maravilloso que Dios nos ha dejado. Entregado al
Sacerdote (pecador) - Siempre digo lo mismo. No hace falta cometer
otros pecados mayores para confesarse. - Siento vergüenza. Aquí, jamás el penitente es
condenado, sino perdonado - Además, La confesión es un medio
extraordinariamente eficaz para progresar en el
camino de la perfección.
El penitente después de la absolución debe
cumplir la penitencia que le ha sido impuesta y
reparar los daños que sus pecados hubiesen
eventualmente causado al prójimo /por ejemplo,
debe restituir lo robado).
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6Aclaremos Los que se acercan al sacramento de
la penitencia obtienen de la misericordia de Dios
el perdón de los pecados cometidos contra El y,
al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a
la que ofendieron con sus pecados. Ella les mueve
a conversión con su amor, su ejemplo y sus
oraciones (L. G. 11) Sacramento de la Conversión
porque realiza sacramentalmente la llamada de
Jesús a la conversión (Mc 1,15), la vuelta al
Padre (Lc 15,18) del que el hombre se había
alejado por el pecado. Sacramento de la
Penitencia porque consagra un proceso personal y
eclesial de conversión, de arrepentimiento y de
reparación por parte del cristiano
pecador. Sacramento de la confesión porque la
declaración o manifestación, la confesión de los
pecados ante el sacerdote, es un elemento
esencial de este sacramento. Sacramento del
perdón porque, por la absolución sacramental del
sacerdote, Dios concede al penitente "el perdón y
la paz" Sacramento de reconciliación porque
otorga al pecador el amor de Dios que reconcilia.
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7- Resumen
- Jesús se mostró a sus discípulos y les dijo
"Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis
los pecados, les quedan perdonados a quienes se
los retengáis, les quedan retenidos" (Jn 20,
22-23) - Quien peca lesiona el honor de Dios y su amor, su
propia dignidad de hombre llamado a ser hijo de
Dios y el bien espiritual de la Iglesia.. - Volver a la comunión con Dios, después de haberla
perdido por el pecado, es un movimiento que nace
de la gracia de Dios, rico en misericordia y
deseoso de la salvación de los hombres. Es
preciso pedir este don precioso para sí mismo y
para los demás. - Está constituido por el conjunto de tres actos
realizados por el penitente arrepentimiento, la
confesión o manifestación de los pecados al
sacerdote y el propósito de realizar la
reparación y las obras de penitencia y por la
absolución del sacerdote. - Sólo los sacerdotes que han recibido de la
autoridad de la Iglesia la facultad de absolver
pueden ordinariamente perdonar los pecados en
nombre de Cristo.
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8La Madre Teresa de Calcuta, Juan Pablo II se
confesaban cada 8 días. Bien podría usted decir.
Eran buenos pecadores! Pero no. Ellos
descubrieron en la confesión la fortaleza para el
camino.
Como una norma de vida y una respuesta a la
necesidad, se recomienda confesarse mensualmente
e incluso acusar los pecados veniales para que no
crezcan y estropeen la vida que empieza a crecer.
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