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1Himno Nacional de México
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19Hecho en Cádiz el 21/05/07
Dedicado a MarÃa José y Juan. G.P.
20            Himno Nacional de México CoroMexicanos, al grito de guerraEl acero aprestad y el bridónY retiemble en sus centros la tierraAl sonoro rugir del cañon. I Ciña oh patria! tus sienes de olivaDe la Paz el arcángel divino,Que en el cielo tu eterno destinoPor el dedo de Dios se escribÃo. Mas si osare un extraño enemigoProfanar con su planta tu suelo,Piensa oh patria querida! que el cieloUn soldado en cada hijo te dÃo. Coro II En sangrientos combates los viste,por tu amor palpitando sus senos,arrostrar la metralla serenos,y la muerte o la gloria buscar. Si el recuerdo de antiguas hazañasde tus hijos inflama la mente,los laureles del triunfo tu frentevolverán inmortales a ornar. Coro III Como al golpe del rayo la encinase derrumba hasta el ondo torrente,la discordia vencida, impotente,a los pies del arcángel cayó. Ya no más de tus hijos la sangrese derrame en contienda de hermanossolo encuentre el acero en sus manosquién tu nombre sagrado insultó. Coro
VII Si a la lid contra hueste enemiganos convoca
la trompa guerrera,de Iturbide la sacra
bandera!Mexicanos! valientes seguid. Y a los
fieros bridones les sirvanlas vencidas enseñas
de alfombralos laureles del triunfo den
sombraa la frente del bravo adalid. Coro
VII Vuelva altivo a los patrios hogaresel
guerrero a contar su victoria,ostentando las
palmas de gloriaq' supiera en la lid conquistar
Tornaránse sus lauros sangrientosen guirnaldas
de mirtos y rosas,q' el amor de las hijas y
esposastambién sabe a los bravos premirar .
Coro VIII Y el q' al golpe de ardiente
metrallade la Patria en las aras
sucumba,obtendrá en recompensa una tumbadonde
brille de gloria la luz. Y de Iguala la enseña
queridaa su espada sangrienta enlazada,de
laurel inmortal coronadaformará de su fosa la
cruz. Coro IX Patria! patria! Tus hijos te
juranExhalar en tus aras su aliento,Si el
clarÃn con su bélico acentoLos convoca a lidiar
con valor. Para tà las guirnaldas de oliva!Un
recuerdo para ellos de gloria!Un laurel para ti
de victoria!Un sepulcro para ellos de
honor! Coro
IV Del guerrero inmortal de Zempoalate defiende
la espada terrible,y sostiene su brazo
invencibletu sagrado pendón tricolor. El sera
del feliz mexicano,en la paz y en la guerra el
caudillo,porq' él supo sus armas de
brillocircundar en los campos de honor. Coro
V Guerra, guerra sin tregua al que intenteDe
la patria manchar los blasones!Guerra, guerra!
Los patrios pendonesEn las olas de sangre
empapad. Guerra, guerra! En el monte, en el
valleLos cañones horrÃsonos truenenY los ecos
sonoros resuenenCon las voces de Unión!
-Libertad! Coro VI Antes, patria, que inermes
tus hijosBajo el yugo su cuello dobleguen,Tus
campiñas con sangre se rieguen,Sobre sangre se
estampe su pie. Y tus templos, palacios y
torresSe derrumben con hórrido estruendo,Y sus
ruinas existan diciendoDe mil héroes la patria
aquà fue. Coro
21Si lees lo que viene a continuación-cuando tengas
tiempo-te quedarás boquiabierto con uno de los
milagros más grandes y cientÃficamente más
estudiados.
Si quieres un buen resumen de todo lo que viene a
continuación, pincha en esta página
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22LA VIRGEN DE GUADALUPE En el siglo XVI, diez
años después de la conquista de México por Hernán
Cortés, acontecieron unos hechos maravillosos,
cuyos efectos aún perduran en la actualidad. La
SantÃsima Virgen MarÃa se apareció a un indÃgena
y dejó como testimonio de su venida una imagen de
si misma. Al identificarse, MarÃa usó la palabra
náhualtl -Coatlallope- un sustantivo compuesto
formado por -coatl serpiente-, la preposición
-a- y -llope aplastar- es decir -la que
aplasta la serpiente-. Esta palabra
-Coatlallope- sonó a los oÃdos de los de los
monjes cristianos como un eco de Guadalupe, un
antiguo santuario mariano de Extremadura, en
España. La Iglesia afirma que no es un dogma de
fe, que el católico que no crea en esta aparición
no por eso deja de ser católico. Es decir, se
trata de un acto de fe y eso es lo que mantiene
viva la veneración a la Virgen Morena.
Muchos se negarán a creer en cualquier tipo de
aparición mariana, e incluso se acordarán de esta
cita bÃblica
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a
vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro
son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis
Y los frutos de la Virgen de Guadalupe son
espectaculares. Es indudable el inmenso efecto
que supuso en la cristianización de toda la
población indÃgena de México. En muy poco tiempo,
unos nueve millones de indÃgenas abandonaron sus
ancestrales prácticas paganas, con sacrificios
humanos incluÃdos, y se convirtieron al
cristianismo. Esto ya supuso en si mismo un logro
espectacular. Hay que tener en cuenta que la
religión azteca era extremadamente cruel. Cada
año eran sacrificados a sus sanguinarios dioses
no menos de veinte mil hombres, mujeres y niños.
Y en ciertas ocasiones especiales, estas cifras
se multiplicaban horriblemente. Por ejemplo, en
1487, durante la consagración de un nuevo templo
en Tenochtitlán ochenta mil cautivos fueron
masacrados y ofrecidos en hecatombe a esos dioses
paganos sedientos de sangre en una auténtica
orgÃa sangrienta que se alargó durante cuatro
dÃas.
23 Que provocó esta súbita conversión masiva sin
precedentes históricos? Es simplemente imposible
describir las innumerables gracias particulares
recibidas por los fieles que todos los años
peregrinan al santuario de la Virgen. Ya desde
los primeros momentos de la aparición, surgió una
espectacular riada de peregrinos hacia Tepeyac.
Actualmente más de cuatro millones de fieles
peregrinan cada año al Santuario. Y el hecho de
que este inmenso flujo humano perdure casi 500
años después resulta en si mismo un
acontecimiento extraordinario. Incluso
actualmente, la Virgen de Guadalupe parece seguir
ayudando a mantener la ortodoxia cristiana en
México, uno de los paÃses más católicos del
mundo, frente a la proliferación de innumerables
sectas heréticas y destructivas que se extienden
como una plaga por toda latinoamérica. Por poner
un ejemplo, mientras en México la población
católica supera el 90, en la vecina Guatemala un
maremágnum de sectas y de muy variados
grupúsculos religiosos de todo tipo llegados
principalmente de los Estados Unidos ya han
apartado del catolicismo al 40 de la población.
24HISTORIA DE LAS APARICIONES DE LA VIRGEN DE
GUADALUPE
25 Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â
 Un sábado de 1531 a principios de diciembre, un
indÃgena llamado Juan Diego, iba muy de madrugada
del pueblo en que residÃa a la ciudad de México a
asistir a clase de catecismo y a oÃr la Santa
Misa. Al llegar junto al cerro llamado Tepeyac
amanecÃa y escuchó que le llamaban de arriba del
cerro diciendo "Juanito, Juan Dieguito". Él
subió a la cumbre y vio a una Señora de
sobrehumana belleza, cuyo vestido era brillante
como el sol, la cual con palabras muy amables y
atentas le dijo "Juanito, el más pequeño de mis
hijos, yo soy la siempre Virgen MarÃa, Madre del
verdadero Dios, por Quien se vive. Deseo
vivamente que se me construya aquà un templo,
para en él mostrar y prodigar todo mi amor,
compasión, auxilio y defensa a todos los
moradores de esta tierra y a todos los demás
amadores mÃos que me invoquen y en MÃ confÃen.
Vas donde el Señor Obispo y le manifiestas que
deseo un templo en este llano. Anda y pon en ello
todo tu esfuerzo". "Ten seguro que te agradeceré
bien y te lo pagaré. Vas a merecer que yo te
recompense el trabajo y fatiga con que procuras
hacer lo que te encomiendo". Él se arrodilló y
le dijo "Señora mÃa, voy corriendo a cumplir lo
que me has mandado. Yo soy tu humilde siervo". Y
se fue de prisa a la ciudad y en derechura al
Palacio del Obispo que era Fray Juan de
Zumárraga, religioso franciscano. Cuando el
obispo oyó lo que le decÃa el indiecito Juan
Diego, no le creyó. Solamente le dijo "Otro dÃa
vendrás y te oiré despacio". Juan Diego se
volvió muy triste porque no habÃa logrado que se
realizara su mensaje. Se fue derecho a la cumbre
del cerro y encontró allà a la Señora del Cielo
que le estaba aguardando. Al verla se arrodilló
delante de Ella y le dijo "Señora, la más
pequeña de mis hijas, niña mÃa, expuse tu mensaje
al Sr. Obispo, pero pareció que no lo tuvo por
cierto. Comprendà por la respuesta que me dio,
que pensó que quizás es una invención mÃa que Tú
quieres que te hagan aquà un templo, y que eso no
es una orden tuya. Por lo cual te ruego que le
encargues a alguno de los principales que le
lleve tu mensaje para que le crean, porque yo soy
un pobre hombrecillo, el último de todos.
Perdóname que te cause esta gran pesadumbre,
Señora y Dueña MÃa". Ella le respondió "Oye,
hijo mÃo, el más pequeñito, es preciso que tú
mismo solicites y ayudes a que con tu mediación
se cumpla mi voluntad. Mucho te ruego, hijo mÃo,
y aún te mando, que otra vez vayas mañana a ver
al Sr. Obispo. Dile que yo en persona, la siempre
Virgen MarÃa, Madre de Dios, te envÃa, para
hacerle saber mi voluntad que deben hacer aquÃ
el templo que les pido". Pero al dÃa siguiente
el obispo tampoco le creyó a Juan Diego y le dijo
que era necesaria alguna señal maravillosa para
que se pudiera creer que sà era cierto que lo
enviaba la misma Señora del Cielo. Y lo despidió.
26El lunes Juan Diego no volvió al sitio donde se
le aparecÃa nuestra Señora, porque su tÃo
Bernardino se puso muy grave y le rogó que fuera
a la capital y le llevara un sacerdote para
confesarse. Él dio la vuelta por otro lado del
Tepeyac para que no lo detuviera la Señora del
Cielo, y asà poder llegar más pronto a la
capital. Más Ella le salió al encuentro en el
camino por donde iba y le dijo "Ten entendido,
hijo mÃo, el más pequeño, que no es tan
importante lo que te asusta y aflige. No se
entristezca tu corazón ni te llenes de angustia.
Acaso no estoy yo aquà que soy tu Madre? Acaso
no soy tu ayuda y protección? No te aflijas por
la enfermedad de tu tÃo, que en este momento ha
quedado sano. Sube ahora a la cumbre del cerro y
hallarás distintas flores. Córtalas y
tráelas". Juan Diego subió a la cumbre del cerro
y se asombró muchÃsimo al ver tantas y exquisitas
rosas de Castilla, siendo aquel un tiempo de
mucho hielo en el que no aparece rosa alguna por
allÃ, y menos en esos pedregales. Llenó su poncho
o larga ruana blanca con todas aquellas
bellÃsimas rosas y se presentó a la Señora del
Cielo. Ella le dijo "Hijo mÃo, esta es la prueba
que llevarás de parte mÃa al Sr. Obispo. Te
considero mi embajador, muy digno de mi
confianza. Ahora te ordeno que sólo delante del
Sr. Obispo despliegues tu manta y descubras lo
que llevas. Contarás todo lo que viste y
admiraste para que puedas inducir al prelado, con
objeto de que se construya el templo que he
pedido". Juan Diego se puso en camino, ya
contento y seguro de salir bien. Al llegar a la
presencia del obispo le dijo "Señor, hice lo que
me mandaste hacer Pedà a la Señora del Cielo una
señal. Ella aceptó. Me despachó a la cumbre del
cerro y me mandó cortar allá unas rosas y me dijo
que te las trajera. Asà lo hago, para que en
ellas veas la señal que pides, y cumplas su
voluntad. Helas aquÃ". Desenvolvió luego su
blanca manta, y asà que se esparcieron por el
suelo todas las diferentes rosas de Castilla, se
dibujó en ella y apareció de repente la preciosa
imagen de la Virgen MarÃa, Madre de Dios, tal
cual se venera hoy en el templo de Guadalupe en
Tepeyac. Luego que la vieron, el Sr. Obispo y
todos los que allà estaban se arrodillaron llenos
de admiración. El prelado desató del cuello de
Juan Diego la manta en que se dibujó y apareció
la Señora del Cielo y la llevó con gran devoción
al altar de su capilla. Con lágrimas de tristeza
oró y pidió perdón por no haber aceptado antes el
mandato de la Señora del Cielo. La ciudad entera
se conmovió y venÃan a ver y admirar la devota
imagen y a hacerle oración y le pusieron por
nombre la Virgen de Guadalupe, según el deseo de
Nuestra Señora. Juan Diego pidió permiso para ir
a ver a su tÃo Bernardino que estaba muy grave.
El Sr. Obispo le envió un grupo de personas para
acompañarlo. Al llegar vieron a su tÃo que estaba
muy contento y que nada le dolÃa. Y supieron que
habÃa quedado instantáneamente curado en el
momento en que la SantÃsima. Virgen dijo a Juan
Diego "No te aflijas por la enfermedad de tu
tÃo, que en este momento ha quedado sano". El
señor Obispo trasladó a la Iglesia Mayor la santa
imagen de la amada Señora del Cielo. La ciudad
entera desfilaba a admirar y venerar la Sagrada
Imagen, maravillados todos de que hubiera
aparecido por milagro divino porque ninguna
persona de este mundo pintó su preciosa
imagen. Texto tomado del escrito indÃgena Nican
Mopohua
27LA IMAGEN La imagen no tiene pinceladas. La
técnica empleada es desconocida en la historia de
la pintura. Es inusual, incomprensible e
irrepetible. En 1979 los estadounidenses Philip
Callahan y Jody B. Smith estudiaron la imagen con
rayos infrarrojos y descubrieron con sorpresa que
no habÃa huella de pintura y que el tejido no
habÃa sido tratado con ningún tipo de técnica.
Entonces Cómo es posible explicar esta imagen y
su consistencia en el tiempo sin colores y con un
tejido que no ha sido tratado? Es más, cómo es
posible que, a pesar de que no haya pintura, los
colores mantengan su luminosidad y
brillantez?. Cahallan y Smith han mostrado cómo
la imagen cambia ligeramente de color según el
ángulo de visión, un fenómeno que se conoce con
el término de iridescencia, una técnica que no se
puede reproducir con manos humanas. Exponiendo
la imagen a los rayos infrarrojos se ha
descubierto que la tela no tiene esbozos previos
como se ve en los cuadros de Rubens y Tiziano,
sino que fue pintada directamente, tal cual se la
ve, sin tanteos ni rectificaciones.
28 La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe quedó
impresa en un tosco tejido hecho con fibras de
maguey. Se trata del ayate, usado por los indios
para acarrear cosas y no de una tilma, que
usualmente era de tejido más fino de algodón. La
trama del ayate es tan burda y sencilla, que se
puede ver claramente a través de ella, y la fibra
del maguey es un material tan inadecuado que
ningún pintor lo hubiera escogido para pintar
sobre él. El rostro impreso en el ayate es el de
una joven mestiza una anticipación, pues en
aquel momento todavÃa no habÃan mestizos de esa
edad en México. MarÃa asume asà el dolor de miles
de niños, los primeros de una nueva raza,
rechazados entonces tanto por los indios como por
los conquistadores. El cuadro que se conserva en
la moderna BasÃlica del Tepeyac mide
aproximadamente 167 x 103 centÃmetros y la imagen
de la Virgen ocupa unos 143 centÃmetros del
mismo. La Virgen está de pie y su rostro se
inclina delicadamente recordando un poco las
tradicionales "Inmaculadas". Esta oportuna
inclinación evita que el empate que une las dos
piezas del tejido caiga dentro de la faz de la
Virgen. El manto azul salpicado de estrellas es
la "Tilma de Turquesa" con que se revestÃan los
grandes señores, e indica la nobleza y la
importancia del portador. El 22 de diciembre de
1981 el padre Mario Rojas descubre en el
Observatorio Laplace de la ciudad de México, que
las estrellas del manto corresponden al Solsticio
de invierno del dÃa 12 de diciembre de 1531, que
pasó por México a las 10.26 de la mañana. O sea
que a esa hora Juan Diego desplegó el poncho y en
esa hora de ese dÃa los astrónomos han comprobado
tal acontecimiento al analizar la disposición
estelar de las estrellas que aparecen en el Manto
de MarÃa. Los rayos del sol circundan totalmente
a la Guadalupana como para indicar que ella es su
aurora. Esta joven doncella mexicana está
embarazada de pocos meses, asà lo indican el lazo
negro que ajusta su cintura, el ligero
abultamiento debajo de este y la intensidad de
los resplandores solares que aumentan a la altura
del vientre. Su pie esta apoyado sobre una luna
negra, (sÃmbolo del mal para los mexicanos) y el
ángel que la sostiene con gesto severo, lleva
abiertas sus alas de águila.
29LA TELA La tela es de hechura extremadamente
grosera, muy poco apropiada para pintar sobre
ella. Está hecha con una fibra de ayate mexicano
que se descompone por putrefacción a los veinte
años. La fibra de maguey que constituye la tela
de la imagen, no puede en condiciones normales
perdurar mas que 20 o 30 años. De hecho, hace
varios siglos se pintó una réplica de la imagen
en una tela de fibra de maguey similar, y la
misma se desintegró después de varias décadas.
Mientras tanto, a casi quinientos años del
milagro, la imagen de MarÃa sigue tan firme como
el primer dÃa. Se han hecho estudios cientÃficos
a este hecho, sin poder descubrirse el origen de
la incorruptibilidad de la tela. No se ha
descubierto ningún rastro de pintura en la tela.
De hecho, al acercarse uno a menos de 10
centÃmetros de la imagen, sólo se ve la tela de
maguey en crudo. Los colores desaparecen.
Estudios cientÃficos de diverso tipo no logran
descubrir el origen de la coloración que forma la
imagen, ni la forma en que la misma fue pintada.
No se detectan rastros de pinceladas ni de otra
técnica de pintura conocida. Los cientÃficos de
la NASA afirmaron que el material que origina los
colores no es ninguno de los elementos conocidos
en la tierra. En el año 1936 el Obispo de
México hace analizar tres fibras del manto por el
que posteriormente serÃa premio Nobel de QuÃmica
del año 1938 y 1949, el Dr. Richard Khun. Este
descubrió que la pintura no tenÃa ningún origen
vegetal, ni mineral, ni animal, ni ningún otro
elemento de los 111 conocidos, por lo que dedujo
que la pintura no es de origen conocido. El
profesor Kuhn dejó atónitos a los oyentes "estos
colorantes no son ni minerales, ni vegetales, ni
animales El cuadro de la Virgen de Guadalupe
estuvo 116 años expuesto a las inclemencias del
ambiente, sin protección alguna contra el polvo,
la humedad, el calor, el humo de las velas y el
continuo roce de miles y miles de objetos que
fueron tocados a la venerada imagen, además del
constante contacto de manos y besos de
innumerables peregrinos. Se ha comprobado que el
tejido de maguey es de muy fácil descomposición
cualquier tejido de esta fibra vegetal no puede
conservarse más allá de veinte años y sin embargo
el ayate de Juan Diego ha resistido mucho más de
cuatro siglos en perfecto estado de conservación.
30El cuadro ha sufrido serios atentados y ha salido
incólume de ácidos corrosivos y hasta de una
bomba de gran tamaño que, en 1921, un criminal
escondió entre flores que malvadamente le
ofrecÃa. Al explotar la bomba, causó gran
destrucción. El crucifijo de metal que estaba
cerca de la Virgen quedó retorcido y sin embargo
la imagen de la Virgen quedó intacta. El cristal
del marco de la imagen no se rompió. En el año
1791 se vuelca accidentalmente ácido muriático en
el lado superior derecho de la tela. En un lapso
de 30 dÃas, sin tratamiento alguno, se
reconstituye milagrosamente el tejido dañado.
Actualmente apenas se advierte este hecho como
una breve decoloración en ese lugar, que
testimonia lo ocurrido. Este lienzo lleva
cuatrocientos setenta años, desde el tiempo de
Hernán Cortés, sin desgarrarse, ni descomponerse,
y por causas inentendibles a los expertos, es
refractaria a la humedad y al polvo. La pintura
que cubre la tela es otro misterio. Se podÃa
pensar que la tela resistÃa tanto porque la
habÃan colado y preparado de manera especial como
a otras pinturas famosas para que tuviera gran
resistencia. Pero el profesor Callagan, de la
NASA, de Estados Unidos, la ha estudiado con
aparatos de rayos infrarrojos y ha descubierto
que la tela no tiene ningún engomado ni
preservante, y que no se puede explicar cómo esas
pinturas han resistido cuatro siglos en un lienzo
tan ordinario.
31Las pupilas de la Virgen
En los ojos de MarÃa se han descubierto imágenes
humanas de tamaño diminuto, que ningún artista
podrÃa pintar. En 1929, Alfonso Marcué, quien
era el fotógrafo oficial de la antigua BasÃlica
de Guadalupe en la ciudad de México, descubrió lo
que parecÃa una clara imagen de un hombre con
barba reflejada en el ojo derecho de la Virgen.
Al principio no podÃa dar crédito a lo que estaba
viendo cómo podÃa ser?, Un hombre con barba
dentro de los ojos de la Virgen de Guadalupe?.
Pero luego de varias inspecciones de sus
fotografÃas en blanco y negro de la imagen ya no
tuvo mas dudas y decidió que era tiempo de
informar a las autoridades de la BasÃlica. Asà lo
hizo, y le fué indicado por éstas que se guardara
completo silencio sobre el descubrimiento, lo que
Marcué cumplió al pie de la letra. Mas de 20 años
después, el 29 de mayo de 1951, el dibujante
mexicano José Carlos Salinas Chávez, luego de
examinar una buena fotografÃa de la cara de la
imagen, redescubre la imagen de lo que parece ser
un busto humano reflejado en el ojo derecho de la
Virgen, y luego también en el ojo izquierdo.
                    Â
32Desde entonces, mucha gente ha tenido la
oportunidad de inspeccionar de cerca los ojos de
la Virgen en la tilma, incluyendo mas de 20
médicos oftalmólogos. El primero fue el
prestigioso médico oftalmólogo mexicano Dr.
Javier Torroella Bueno, el 27 de marzo de 1956.
En lo que constituye el primer reporte emitido
por un médico sobre los ojos de la imagen, él
certifica la presencia del triple reflejo (Efecto
de Samson-Purkinje) caracterÃstico de todo ojo
humano normal vivo y afirma que las imágenes
resultantes se ubican exactamente donde deberÃan
estar según el citado efecto, y también que la
distorsión de las imágenes concuerda
perfectamente con la curvatura de la
córnea. Trece figuras humanas se han identificado
en un espacio de 8 milÃmetros de diámetro.
Existen dos escenas la primera contiene al
obispo Zumárraga sorprendido frente a Juan Diego,
que abre su tilma y descubre la imagen de MarÃa
justo en el momento en que ésta se grabó en la
tela. Otros testigos complementan la escena del
milagro, como el traductor de lengua náhuatl al
español, una mujer de raza negra, etc.
33La segunda escena, mucho más pequeña que la
anterior, se ubica en el centro de los ojos y
contiene una imagen familiar tÃpica de indÃgenas
americanos un matrimonio con varios hijos
alrededor. Las dos escenas se repiten en ambos
ojos con una precisión sorprendente, incluida la
diferencia de tamaño producida por la mayor
cercanÃa de un ojo respecto del otro, frente a
los objetos retratados. Los cientÃficos han
utilizado tecnologÃa digital similar a la usada
en las imágenes que se reciben desde los
satélites, para analizar las figuras impresas en
los ojos de MarÃa. La imagen del obispo
Zumárraga fue agrandada a su vez mediante
tecnologÃa digital, hasta poder observar qué se
refleja en su mirada, en los ojos del obispo
retratados en los ojos de MarÃa. Allà se halló la
imagen del indÃgena Juan Diego, abriendo su tilma
frente al obispo. El tamaño de ésta imagen?. Una
cuarta parte de un millonésimo de milÃmetro. Es
radicalmente imposible que en un espacio tan
pequeño como la córnea de un ojo esté situado una
imagen de tamaño natural ni el más experto
miniaturista lograrÃa pintar todas esas imágenes
que ha sido necesario ampliar dos mil veces para
poderlas advertir. El Dr. José Aste Tönsmann,
especialista en el estudio informático de las
fotos tomadas por los satélites, tomó unas
fotografÃas de los ojos. Después las digitalizó
para ser leÃdas por el ordenador, y realizó
ampliaciones y un filtrado de las imágenes. La
técnica utilizada por el ingeniero Aste Tönsmann
es la del proceso digital de imágenes usado por
los satélites y por las sondas espaciales para
transmitir informaciones visivas.
34Con esta técnica, fue posible distinguir a varios
personajes grabados en los ojos de la Virgen un
sirviente casi desnudo un anciano (el obispo
Fray Juan de Zumárraga) un joven (el traductor)
un indÃgena con una tilma (Juan Diego) una mujer
negra (una esclava) un español con barba y por
último, una familia indÃgena con padre, madre,
tres hijos y dos adultos más, que pueden ser
abuelos o tÃos. Para saber quién es cada cual,
hay que ir a los archivos históricos
El anciano que aparece en los ojos de la Virgen
guarda gran parecido con los cuadros del obispo
Zumárraga que hay de la época. Sobre la
esclava negra, Zumárraga dice en su testamento
que le da la libertad, e incluso sabemos que se
llamaba MarÃa. En el Archivo de Indias de Sevilla
se conserva el acta de embarque del obispo cuando
marchó al Nuevo Mundo. Muchos se preguntarán si
esas figuras no pueden ser obra humana. Pero hay
al menos tres motivos por los cuales es
imposible En primer lugar, no son visibles al
ojo humano, salvo una la del español, que es la
más grande. Nadie podrÃa haber pintado unas
siluetas tan pequeñas. En segundo lugar, los
pigmentos de esas figuras no se sabe qué origen
tienen. Ocurre lo mismo con la imagen de la
Virgen no está pintada, y nadie sabe aún cómo se
estampó sobre la tilma de Juan Diego. Y el
tercero las trece figuras se repiten en los dos
ojos. Qué artista harÃa eso?. Además, su tamaño
varÃa de un ojo al otro, dependiendo de lo cerca
que estuviera el personaje del ojo izquierdo o
derecho de la Virgen.
En conclusión ni siquiera el más experto
miniaturista podrÃa pintar todas esas imágenes
que ha sido necesario ampliar dos mil quinientas
veces para poderlas advertir.
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