Title: LA MIRADA
1LA MIRADA MICHEL QUOIST
2 El poder de la mirada está en que en los ojos
viaja el alma. Y cuando el alma está habitada por
Dios, la mirada del hombre puede dar Dios a los
demás. Ahora Señor, voy a cerrar mis párpados
hoy ya han cumplido su oficio. Mi mirada ya
regresa a mi alma tras de haberse paseado durante
todo el día por el jardín de los hombres.
3 Gracias, Señor, por mis ojos, ventanales abiertos
sobre el mundo gracias por la mirada que lleva
mi alma a los hombres como los buenos rayos de tu
sol conducen el calor y la luz. Yo te pido en la
noche, que mañana, cuando abra mis ojos al claro
amanecer, sigan dispuestos a servir a mi alma y a
mi Dios.
4 Haz que mis ojos sean claros, Señor. Y que mi
mirada, siempre recta, siembre afán de pureza.
Haz que no sea nunca una mirada decepcionada,
desilusionada, desesperada, sino que sepa
admirar, extasiarse, contemplar.
5 Da a mis ojos el saber cerrarse para hallarte
mejor, pero que jamás se aparten del mundo por
tenerle miedo. Concede a mi mirada el ser lo
bastante profunda como para conocer tu presencia
en el mundo y haz que jamás mis ojos se cierren
ante el llanto del hombre.
6 Que mi mirada, Señor, sea clara y firme, pero que
sepa enternecerse y que mis ojos sean capaces de
llorar. Que mi mirada no ensucie a quien toque,
que no intimide, sino que sosiegue, que no
entristezca, sino que transmita alegría, que no
seduzca para no apresar a nadie, sino que invite
y arrastre al mejoramiento.
7 Haz que moleste al pecador al reconocer en ella
tu resplandor, pero que sólo reproche para
despertar. Haz que mi mirada conmueva las almas
por ser un encuentro, un encuentro con Dios. Que
sea una llamada, un toque de clarín que movilice
a todos los parados en las puertas, y no porque
yo paso, Señor, sino porque pasas Tú.
8 Para que mi mirada sea todo esto Señor, una vez
más en esta noche yo te doy mi alma y mi cuerpo y
mis ojos. Para que cuando mire a mis hermanos los
hombres sea Tú quien los mira y, desde dentro de
mí, Tú les saludes.
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