Title: El Quinto Mandamiento
1Para Salvarte
P. Jorge Loring
Quinto Mandamiento de la Ley de Dios
"No matarás"
2El quinto Mandamiento de la ley de Dios es No
matarás, y ordena no hacer daño ni a la propia
vida, ni a la de demás, ni con palabras, ni obras
o deseos (odio). Dios quiere que amemos al
prójimo y perdonemos a nuestros enemigos. Desear
la muerte propia o ajena es pecado grave el
Magisterio de la Iglesia nos enseña que quien
sienta cólera (deseo de venganza) para el mal
de aquel a quien es preciso castigar, es
ilícito, pero es loable imponer una reparación
para la corrección de los vicios y el
mantenimiento de la justicia. Y si la cólera
llega hasta el deseo deliberado de matar al
prójimo o herirlo gravemente, es considerado
pecado mortal pues es una falta grave contra la
caridad.
3Nuestro Señor dice Todo aquel que se encolerice
contra su hermano, será reo ante el tribunal,
(Mt. 5, 22) (Nuevo CATIC, n 2302). Sentir odio
voluntario es contrario a la caridad. Es pecado
grave cuando se le desea un mal grave a alguien.
Recordemos las palabras de Jesucristo ...Amad
a vuestros enemigos y rogad por los que os
persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre
celestial..., (Mt.5, 44-45) (Nuevo CATIC, n
2303). Dijo Alex Rosal, (Diario La Razón del
9-V-2001, pg. 42) Para ser feliz hay que tener
el corazón en paz. El que odia no vive feliz. El
odio hace daño al que odia. Ese rencor lo
destruye por dentro. El mandato divino No
matarás significa que nadie puede matar sin
motivo y sin razón (excepto en defensa propia).
4- Peca gravemente contra el Quinto Mandamiento
quien se emborracha hasta perder el uso de la
razón.
Lo mismo que no podemos privarnos de la vida,
tampoco podemos privarnos de la razón. Sería
matar la personalidad, y esto no puede hacerse
sin causa justificada, como sería anestesiar
antes de una operación quirúrgica. Cuando la
borrachera no es completa, es decir, cuando no
pasa de un ponerse alegre, no es pecado grave.
Por eso hay que saber beber con moderación y
cortar a tiempo. El beber con exceso no sólo
ofende a Dios, sino que es también malo para la
salud.
5El alcohol debilita la voluntad, destroza el
sistema nervioso, lesiona el hígado y el cerebro,
envenena la sangre, y dispone al organismo para
multitud de enfermedades tuberculosis, pulmonía,
tifus, reuma, diabetes, etc. Por otra parte, es
muy difícil que quien se da a la bebida lleve una
vida moral, pues el alcohol atiza la lujuria.
Sobre las drogas El uso de las drogas,
excepto por razones terapéuticas, es falta grave.
6El síndrome de abstinencia,el mono, lleva a
reacciones impensables a fin de conseguir la
droga. El mono es algo que crece y crece, que no
se detiene, que obliga a quien lo sufre a cometer
cualquier locura con tal de acabar con ese
infierno, que enloquece al adicto y lo convierte
en un ser radicalmente distinto, un ser al que no
le importa nada ni nadie, al que no le preocupa
otra cosa que conseguir más droga y matar el
mono. Dice el Dr. Monegal El porro envenena
gravemente. A veces, después, es muy difícil la
desintoxicación.
Los que piden la despenalización del porro,
porque consideran a la marihuana inofensiva,
tienen un absoluto desconocimiento científico de
sus consecuencias biológicas y psíquicas.
7A veces, se producen daños irreparables, sobre
todo en el desarrollo de los adolescentes. La
dependencia, es decir, la esclavitud de la droga,
puede producirse con la primera dosis depende de
las personas. Se ha descrito una serie de
trastornos y estados psíquicos, relacionadas con
el uso de la marihuana.
El drogadicto siempre es un enfermo. La droga
modifica el psiquismo.
Las drogas producen alteraciones psíquicas
irreversibles aunque se cure la tendencia.
8El drogadicto pierde interés por todo lo que no
sea la droga ni familia, ni trabajo, ni
sociedad, ni nada. Poco a poco se desmorona su
personalidad y termina convirtiéndose en una
piltrafa humana. Peca, además, contra este
mandamiento el que escandaliza a otro, es decir,
le enseña, le invita o le provoca a pecar ya sea
con palabras, con su ejemplo, o haciéndole
cómplice de los propios pecados.
9El escándalo es un pecado gravísimo, porque hace
perder al prójimo la vida de la gracia, que es
mucho más preciosa que la vida del cuerpo. El que
escandaliza es un asesino de almas. Se hacen
culpables de escándalo los que manipulando la
opinión pública la desvían de los valores
morales. Son pecado grave contra el Quinto
Mandamiento el suicidio, el aborto provocado, el
asesinato, el odio a muerte, las drogas, la
borrachera hasta perder el uso de la razón, y el
ser para otros ocasión de que cometan un pecado
grave.