Title: sembrador
1I Concurs
I Concurs
Bíblic Informàtic
Bíblic Informàtic
Associació de Cristians de Catalunya Grup Avant
Autor Mar de la Llave Mira Curso 1º
Bachillerato Grupo B Colegio M.M.
Concepcionistas de la Enseñanza (C/ de la Torre
nº 19 08006 Barcelona)
2(No Transcript)
3Y acercándose los discípulos le dijeron Por qué
les hablas en parábolas? Él les respondió Es
que a vosotros se os ha dado conocer los
misterios del Reino de los Cielos y a ellos no.
Porque a quién tiene se le dará y le sobrará
pero a quién no tiene aun lo que tiene se le
quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque
viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. En
ellos se cumple la profecía de Isaías Oír,
oiréis, pero no entenderéis, mirar, miraréis,
pero no veréis. Porque se ha embotado el corazón
de este pueblo,
han hecho duros sus
oídos, y sus ojos han cerrado,
no
sea que vean con sus ojos, con sus oídos oigan,
con su
corazón entiendan y se conviertan, y
yo los sane. Pero dichosos vuestros ojos,
porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Pues
os aseguro que muchos profetas y justos desearon
ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y
oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron. Mt
13, 10-17
4Desde la Iglesia primitiva, se llama parábola a
una historia contada por Jesús para ilustrar su
enseñanza. En la base de la voz griega parabole
hay la idea de la comparación. En el evangelio se
centra en la realización del Reino de Dios en la
persona de Jesús. De ahí el grupo importante de
las parábolas del reino. El misterio del reino y
de la persona de Jesús es tan nuevo que debe
manifestarse gradualmente. Por eso Jesucristo
habla en parábolas que, aun dando una primera
idea de su obra, obligan a reflexionar y tienen
necesidad de explicación para ser completamente
comprendidas. Así las parábolas aparecen como una
mediación para que la razón se abra a la
fe. Jesús explica estas parábolas según su
contexto histórico y cotidiano con temas clásicos
y sencillos para llegar a la gente. El amor del
Padre testimoniado por el envío de su Hijo a los
hombres es la gran revelación que aporta Jesús.
Para esto sirven la parábolas, para mostrar el
remate perfecto del nuevo reino sobre el mundo.
5Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar.
Y sucedió que al sembrar, una parte cayó a lo
largo del camino vinieron las aves y se la
comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso,
donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida
por no tener hondura de tierra pero cuando salió
el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó.
Otra parte cayó entre abrojos crecieron los
abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras
partes cayeron en tierra buena y, creciendo y
desarrollándole, dieron fruto unas produjeron
treinta, otras sesenta, otras ciento. Y decía
Quien tenga oídos para oír, que oiga. Mc 4, 3-9
6Se atribuye a Juan Marcos, natural de Jerusalén y
colaborador de Pablo (Hch 12,12.25 15,37-39
Flm 24 Col 4,10) aunque persisten las dudas. El
autor muestra en su obra una íntima conexión con
Palestina y su tradición. Incorpora también
material de la misión judeo-helenista, sobretodo
en su cristología. Se interesa por la misión
entre los gentiles e insiste simbólicamente en la
importancia de Galilea como comienzo de la
misión. Es el primer evangelio que se redacta,
según los autores sobre el año 70.Tiene esta
parábola su paralelo en Mt 13, 18-23 y Lc
8,11-15.El relato de Mateo es casi palabra por
palabra idéntico al de Marcos el de Lucas es un
poco más directo y ligeramente abreviado. Para
comprender mejor esta parábola se necesita saber
que en Palestina se siembra antes de labrar. El
sembrador de la parábola camina sobre el rastrojo
sin arar. Se comprende por qué siembra sobre el
camino intencionadamente siembra el sendero que
los del pueblo han ido haciendo en el rastrojo,
ya que ha de desaparecer al labrarlo. A propósito
siembra entre las espinas marchitas pues también
serán labradas. Y que los granos de semilla
caigan sobre terreno rocoso no debe sorprender
las rocas calcáreas están cubiertas de una ligera
capa de tierra para labrar. Lo que a un
occidental le puede parecer absurdo, es lo normal
en las condiciones de Palestina.
7Jesucristo es el sembrador. Las semillas son la
Palabra de Dios, el suelo es la disposición del
espíritu de quienes la reciben. Los que están a
lo largo del camino, son aquellos que oyen la
Palabra (pero no la escuchan ni comprenden) y al
momento esa semilla es olvidada y el demonio se
la lleva, sin creerse ellos mismo que esa Palabra
les salvará y viven sin saber a lo que están
llamados por Dios. Los sembrados en terreno
pedregoso reciben la Palabra con alegría pero
cuando sale el sol, es decir la persecución o
alguna tribulación por causa de esta Palabra
escuchada se secan sin dar fruto. Viven metidos
en el pecado sin preocuparse lo más mínimo. Y
otros son los que están sembrados entre abrojos y
han escuchado la Palabra pero el mundo, es decir
el pecado, les seduce y les invade y por tanto
tampoco dan fruto. Por último, los sembrados en
tierra buena son aquellos que escuchan la
Palabra, la retienen, la cultivan con generosidad
y la hacen fructificar en su corazón, acogiendo
esta Palabra como forma y modelo de vida. Y
solamente éstos últimos serán los que darán
fruto, unos treinta, otros sesenta y otros ciento.
8En uno de los evangelios apócrifos, concretamente
en el evangelio de Tomás aparecen 11 parábolas de
los sinópticos en versión propia. Tiene además
la ventaja de presentarnos el texto sin contexto.
En el logion 9 nos presenta la parábola del
sembrador Jesús dijo He aquí que salió el
sembrador. Llenó su manto y arrojó. Unos cayeron
en el camino, vinieron los pájaros y los
arrebataron. Otros cayeron sobre la roca y no
echaron raíces hacia abajo en la tierra, ni
levantaron hacia el cielo espiga alguna. Y otros
cayeron en las espinas ellas ahogaron la semilla
y el gusano los devoró. Y otros cayeron en buena
tierra y produjo buen fruto hacia el cielo. Dio
sesenta semillas y ciento veinte semillas.
9Cuando Dios creó el mundo le dio el poder de
producir una vegetación capaz de reproducirse, de
sembrar una semilla (Gén 1, 11s.29) Dios dio
también al hombre el encargo de perpetuar en la
tierra toda semilla y salvarla del diluvio (Gén
7,3). Esta responsabilidad conlleva también
escoger el terreno y la semilla en sentido
metafórico, pues quien siembra el viento recoge
la tempestad (Os 8,7). Referente a la semilla,
se requiere un acto de esperanza pues la más
pequeña de las semillas puede convertirse en un
gran árbol (Mc 4,31s), el grano fecundo puede dar
hasta el ciento por uno (Mt 13,8). Esta confianza
anima a enterrar en el suelo la semilla, a
dejarla morir para que produzca fruto (Jn 12,24),
por tanto, si el grano debe morir a fin de
recobrar vida (1Cor 15,36), lo mismo sucede al
hombre viejo, que debe morir para ser el hombre
nuevo resucitando. El cristiano, sabe pues que
Jesucristo es a la vez la Palabra de Dios y el
germen divino y puede ver en Dios al que siembra
su Palabra en el corazón de los hombres. Por otro
lado, Dios se decepciona ante la infidelidad de
esta semilla. Así pues Dios será de nuevo el
sembrador (Os 2,25). Esta nueva semilla no será
otra que el Mesías. He aquí un varón cuyo
nombre es germen, donde él está, algo germinará
(Zac 6,12s). El encuentro con la semilla divina y
el pueblo de Dios conlleva ser buena tierra ya
que la semilla se siembra con la Palabra de Dios.
Ésta Palabra es Cristo en persona que quiso morir
en la Tierra a fin de llevar fruto (Jn 12, 24.32).
10Tú cuidas de la tierra, la riegasy la enriqueces
sin medidala acequia de Dios va llena de
agua,preparas los trigales riegas los surcos,
igualas los terrones,tu llovizna los deja
mullidos,bendices sus brotescoronas el año con
tus bienes,tus carriles rezuman abundancia
rezuman los pastos del páramo,y las colinas se
orlan de alegríalas praderas se cubren de
rebaños,y los valles se visten de mieses,que
aclaman y cantan. Sal 64, 10-14
salmo 64
11GRUPO DE ENTREVERNES, Signos y parábolas. (Madrid
1979). Ediciones Cristiandad. JEREMIAS, J., Las
parábolas de Jesús. (Estella 2000) Verbo
divino. RATZINGER, J., Jesús de Nazaret.
(Madrid 2007) La esfera de los libros. X.
LÉON-DUFOUR, Vocabulario de Teología Bíblica.
(Barcelona 2002) Herder ANDRÉ-MARIE GERARD,
Diccionario de la Biblia. (Madrid 1995) Milhojas
Bibliografía