Title: Curso de preparaci
1Curso de preparación para la Primera Comunión
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- Vigésimo octavo envío
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- I. Historia Sagrada Andanzas y
- enseñanzas III
- II. Verdades del Compendio nn.271 a 285
- Esta presentación fue preparada
- por Violeta Brenes y el P. Juan María G.
2Andanzas y Enseñanzas III
3Por ese entonces, Herodes, hermano de Arquelao, e
hi- jo de aquel otro Herodes que per- siguiera al
Niño Jesús, había hecho degollar a san Juan
Bautis- ta, al que tenía preso.
La cosa fue así
4Una sobrina suya, Salomé de nombre, bailó delante
del rey y sus invitados, en una fiesta que hubo
en el palacio.
Y tanto les gustó el baile a todos que Herodes
prometió darle a la chica cualquier cosa que
pidiera.
5Ella fue a preguntar- le a su madre que pedir y
su madre que odiaba a Juan le in- dicó
-Pedí que se en- tregue la cabeza de Juan en una
bandeja.
Así murió Juan, el último de los profetas, cuya
vida es ejemplar, como una bisagra de oro entre
el Antiguo y Nuevo Testa mento.
6Un grupo de gente escuchaba a Jesús, que les
hablaba.
Y una barra de chicos de la calle, que habían
andado por ahí ha ciendo travesuras, querían
acercarse a Él.
7Los discípulos no se lo permitían para que no me-
tieran barullo. Cuando Jesús se dio cuenta, dijo
-Dejen que los chicos vengan a Mí. Porque el
que no recibe con la sencillez de un niño el
Reino de los Cielos, no va a entrar en él.
8Los chicos se arrimaron y Jesús jugaba con
ellos.
9Aproximándose a Jerusalén, el Señor venía
hambriento. Vio una higuera muy linda de ver,
llena de hojas, verdes, brillantes. Y aproximó a
ella en busca de higos.
Hojas nomás tenía la higuera. Jesús la
maldijo. al día siguiente pasaron por el mismo
lugar. La higuera se había secado hasta la raíz.
Pues cuando el Señor llega hasta nosotros en
busca de frutos, es mala excusa alegar que no es
tiempo o- portuno que espere hasta más adelante.
10Un gran trigal se extendía ante los ojos de Jesús
y su pequeña comitiva.
El sol doraba las espigas que el viento inclinaba.
Reflexionó el Señor en alta voz
11-La cosecha es grande y pocos los
cosechadores. Pidan al dueño del cam- po que
mande gente pa- ra recogerla.
Se refería a su Padre como dueño de las almas y
a la escasez de los apóstoles, necesarios para
llevar- los a Él.
12Desde una loma cercana a Jerusalén, los
após- toles le comentaron a Jesús la
magnificencia del Templo, las piedras labradas de
sus muros. Sus puertas de bronce, sus cúpulas
resplande- cientes. Jesús lo observó con pena y
anunció que de él no quedaría piedra sobre
piedra.
13También, en otra oportu- nidad, se quedó
miran- do a la ciudad y profetizó su próxima
destrucción.
Lo dijo llorando porque Jerusalén era la
capital de su patria terrena.
Años después, Jerusalén fue arrasada y demolido
El Templo.
14Hacia los últimos tiem- pos de las andanzas
de Jesús, lo invitaron a una comida.
El dueño de casa, desa- tento, no cumplió con
Él los detalles que establecía la buena educación
de en- tonces.
15No le dio el beso de bienvenida ni le o- freció
pasar al baño para lavarse.
Antes que sirvieran los postres, entró en el
comedor una mujer, suelto el pelo y llenos los
ojos de lágrimas. Se a - rrodilló junto al Señor,
besándole los pies y bañándolos con su llanto.
16Los invitados criticones pensaban se ve que
no sabe quién es ésta, que si no Otro tanto
pen- saba el dueño de la casa.
Jesús le dijo
-Vos no me diste el beso de bienvenida ni
me permitiste lavarme los pies. Esta mujer, en
cam- bio, redimió tus descuidos besándomelos y
me los lavó con sus lágrimas. Aprendé de ella
17Les dio esta lección aunque sabía muy bien que,
hasta entonces María Magdalena- que así se
llamaba la mujer llegaría a santa- había
lleva- do una vida de farra corrida.
Pero también sabía que estaba arrepentida y que
lo quería con toda el alma. Por eso, en
otra ocasión, diría que al que tiene mucho amor
a Dios mucho le será perdonado.
18Verdades del Compendio ( nn. 271 a 285 )
EL SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA
La Eucaristía es el sacrificio mismo del Cuerpo
y de la Sangre del Señor Jesús.
19Que Él instituyó para perpetuar en los
siglos, hasta su segunda venida, el sacrificio de
la Cruz, confiando así a la Iglesia el
memorial de su Muerte y Resurrección.
20 Es signo de unidad, vínculo de caridad y
banquete pascual, en el que se recibe a
Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da
una prenda de la vida eterna.
21Jesucristo instituyó la Eucaristía el Jueves
Santo, la noche en que fue entregado ( 1 Co.
11,23 ), mientras celebraba con sus Apóstoles la
Última Cena.
22Después de reunirse con los Apóstoles en
el Cenáculo Jesús tomó en sus manos el pan,
lo partió y se lo dio diciendo
Tomad y comed todos de él, porque esto es mi
Cuerpo que será entregado por vosotros.
23Después tomó el cáliz con el vino y les dijo
Tomad y bebed todos de él, porque éste es el
caliz de mi Sangre, Sangre de la Alianza nueva
y eterna,
que será derramada por vosotros y todos lo
hombres, para el perdón de los pecados. Haced
esto en conmemoración mía
24La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida
cristiana. En ella alcanzan su culmen la acción
santi ficante de Dios sobre nosotros y
nuestro culto a Él.
25La Eucaristía contiene todo el bien espiritual de
la Iglesia el mismo Cristo, nuestra Pascua.
Expresa y produce la comunión en la vida divina y
la unidad del Pueblo de Dios. Mediante la
celebración eucarística nos unimos a la liturgia
del cielo y anticipamos la vida eterna.
26Los nombres más comunes son Eucaristía, Santa
Misa. Cena del Señor, Fracción del
Pan, Celebración Eucarística,
Memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección del
Señor, Santo Sacrificio, Santa y Divina Liturgia,
Santos Misterios, Santísimo Sacramento del Altar,
Sagrada Comunión.
27En la Antigua Alianza, la Eucaristía fue
anunciada sobre todo en la cena pascual,
celebrada cada año por los judíos con panes
ázimos, como recuerdo de la salida apresurada y
liberadora de Egipto.
28Jesús la anunció en sus enseñanzas y la instituyó
celebrando con los Apóstoles la Última Cena
durante un banquete pascual.
29La Iglesia, fiel al mandato del Señor Haced
esto en memoria mía ( 1 Co. 11,24 ),
ha celebrado siempre la Eucaristía,
especialmente el domingo, día de la Resurrección
del Señor.
30La celebración eucarística se celebra en dos
grandes momentos, que forman un solo acto de
culto
La liturgia de la Palabra, que comprende la
proclamación y la escucha de la Palabra de
Dios y la liturgia eucarística, que comprende la
presentación del pan y del vino
31La anáfora o plegaria eucarística, con las
palabras de la consagración,
y la comunión.
32El ministro de la celebración de la Eucaristía es
el sacerdote (obispo o presbí- tero), válidamente
ordenado, que actúa en la persona de Cristo
Cabeza y en nombre de la Iglesia.
33Los elementos esenciales para celebrar la
Eucaristía son el pan de trigo y el vino de vid.
34El sacrificio de la Cruz y el sacrifico de la
Eucaristía son un único sacrificio.
Son idénticas la víctima y el oferente,
y sólo es distinto el modo de
ofrecerse de manera cruenta en la Cruz,
incruenta en la Eucaristía.
35La Eucaristía se ofrece también por todos
los fieles, vivos o difuntos, en reparación
de los pecados de todos los hombres
y para obtener de Dios beneficios espirituales
y temporales.
36También la Iglesia del cielo está unida a
la ofrenda de Cristo.
Jesucristo está presente en la Eucaristía de
modo verdadero, real y sustan- cial
con su Cuerpo y con su Sangre, con su Alma y su
Divinidad.
37Cristo, todo entero, Dios y hombre, está
presente en ella de manera sacramental, es
decir, bajo las especies del pan y del vino.
Transubstanciación significa la conversión
de toda la sustancia del pan en la sustancias
del Cuerpo de Cristo y de toda la sustancia
del vino en la sustancia de su Sangre.
38Esta conversión se opera en la plegaria
eucarística con al consagración.
Sin embargo, permanecen las características
sensibles del pan y del vino.
La fracción del pan no divide a Cristo. La
presencia eucarística de Cristo continúa mientras
subsistan las especies eucarísticas.
39Oraciones y liturgia
- El Himno Adorte Te Devote
-
- Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto
verdaderamente bajo estas apariencias. - A Ti se somete mi corazón por completo, y se
rinde totalmente al contemplarte. - Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto,
el gusto pero basta el oído para creer con
firmeza creo todo lo que ha dicho el Hijo de
Dios nada es más verdadero que esta Palabra de
verdad. - En la Cruz se escondía sólo la Divinidad, pero
aquí se esconde también la Humanidad sin
embargo, creo y confieso ambas cosas, y pido lo
que pidió aquel ladrón arrepentido.
40Oraciones y liturgia
- No veo las llagas como las vio Tomás pero
confieso que eres mi Dios haz que yo crea más y
más en Ti, que en Ti espere y que te ame. - Memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que
das vida al hombre concede a mi alma que de Ti
viva y que siempre saboree tu dulzura. - Señor Jesús, Pelícano bueno, límpiame a mí,
inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota
puede liberar de todos los crímenes al mundo
entero. - Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego que se
cumpla lo que tanto ansío que al mirar tu rostro
cara a cara, sea yo feliz viendo tu gloria. Amén.